Este lunes, en el coqueto hotel Hilton de Puerto Madero, comenzó a sesionar el Congreso de Semillas de las Américas. Las deliberaciones, que durarán varios días, fueron habilitadas por el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, quien con cierta parquedad oratoria brindó la bienvenida a los visitantes extranjeros y les contó que a partir del nuevo gobierno de Javier Milei la Argentina está tratando de “ordenar” sus muchos asuntos pendientes. La legislación en materia de protección de los derechos de propiedad en semillas es uno de ellos.
Mientras esto sucedía en Buenos Aires, en la zona papera del sur de la provincia de Buenos Aires muchos productores se disponían a sembrar -a plena luz del día y sin ningún tipo de remordimiento- una variedad de papa industria sin reconocer el pago de las regalías a la empresa que la produjo, la holandesa HZPC, que es la líder mundial en investigación del tubérculo más consumido a nivel global.
Bichos de Campo ya contó sobre este conflicto, que muestra como pocos otros los niveles de negligencia con que la Argentina está manejando en las últimas décadas el asunto de una retribución justa a los obtentores de nuevas variedades de semillas. El gobierno de Javier Milei no es la excepción, pues arrancó queriendo forzar una adhesión nacional al convenio UPOV-91 como parte de la Ley Bases, pero ante el rechazo del Congreso desistió casi por completo de hablar de la histórica controversia en torno a la propiedad de la tecnología en semillas.
Lo que está sucediendo con la papa Innovator resulta, en este contexto, un cachetazo para todos los actores de esta novela. Muestra la Argentinidad al palo, un proceso donde todos los actores están haciendo mal las cosas.
HZPC es una firma de los Países Bajos nacida en 1898. “Ha progresado hasta convertirse en líder mundial en comercio de patatas de siembra, fitomejoramiento innovador y desarrollo de conceptos”, dice en su página web, donde además presenta un dossier con una de sus variedades estrellas: la Innovator es una papa especial desarrollada para la producción industrial de papas fritas congeladas, y por eso en la Argentina su demanda creció mucho desde la instalación en Balcarce de la enorme planta de McCain, una multinacional de origen canadiense que produce -según sus cuentas- “1 de cada 4 patatas fritas del mundo”.
Existe actualmente un fuerte conflicto entre esos dos colosos que seguramente terminará de mal modo, en los tribunales. En el medio, los multiplicadores de papa semilla no saben muy bien qué hacer, y los productores paperos que proveen a McCain están comenzando la siembra de esa variedad de papa industria sin reconocer el pago de derechos que reclama la holandesa HZPC. No tienen más tiempo para esperar: octubre es el mes adecuado para comenzar esa tarea.
¿Cuál es el conflicto? Que la empresa holandesa que creó esa variedad reclama a los usuarios de la Innovator, para cederle los derechos, que firmen un contrato de regalías extendidas por tres años, para poder así cobrarles las regalías hasta al menos fines de 2027. Pero los semilleros que multiplican esa variedad de papa se niegan a pagar más allá de este año porque el registro oficial en el país de esa variedad tiene fecha de vencimiento el próximo 13 de diciembre de 2024.
Por esta controversia, el Instituto Nacional de Semillas (INASE) estuvo a punto de intervenir de muy mal modo, aunque finalmente desistió de hacerlo. En un anteproyecto de resolución al que tuvo acceso este medio, pretendía declarar esa variedad de papa industria de “uso público restringido”, para así poder distribuir los permisos de producción entre los diferentes multiplicadores que se niegan a pagar a la creadora de la Innovator regalías más allá de las fechas de vencimiento de su registro luego de 20 años de protección.
Esa suerte de estatización de la Innovator -que hubiera permitido al INASE fijar también un valor por la tecnología- hubiera sido una solución muy audaz para un país que desde hace años discute como proteger los derechos de quienes incorporan conocimiento, investigación y tecnología en nuevas semillas. Las quejas de los obtentores porque no recuperan la inversión en el desarrollo de nuevas variedades son muy frecuentes en especies autógamas como la soja y el trigo, pero con menos difusión también existen en especies hortícolas como la papa.
Finalmente la difusión del caso y especialmente las advertencias de la embajada de los Países Bajos en la Argentina por lo que consideraba era una amenaza sobre los derechos de HZPC sobre la Innovator, hizo desistir al gobierno de declarar la variedad de “uso público restringido”. Hubiera sido además un papelón internacional para un gobierno que dice ejercer una defensa irrestricta de la propiedad privada.
Pero la situación quedó en un limbo peligroso justo en momentos en que los productores paperos deben realizar la siembra, McCain necesita asegurarse la provisión de papa industria para los próximos meses y está próximo el vencimiento del registro de la Innovator ante el INASE. Por eso, según trascendidos, la cadena papera se ha decidido a avanzar en la siembra de esa variedad sin aceptar el reclamo de regalías extendidas de la compañía holandesa. A lo sumo, algunos multiplicadores analizar la posibilidad de sembrar ahora y declarar esa siembra luego del vencimiento del próximo diciembre.
“El reclamo de HZPC de regalías extendidas tiene algo de sentido, porque si comprás ahora las plántulas son cerca de tres años para salir al mercado”, reconoció un agrónomo que conoce a fondo el negocio de la papa industria. De todos modos, el sector lo considera abusivo luego de tantos años de haber pagado regalías por esa variedad. Los productores paperos insisten en pagar solamente regalías por esta campaña, como hasta ahora, pero la empresa se niega. Y en este contexto el INASE no libera las estampillas de semilla certificada y obliga a todo el sector a incurrir en una informalidad que podría terminar en tribunales.
Pero también hubo informalidades por parte de la desarrolladora holandesa, consentidas por las autoridades del INASE años atrás y quizás también en la actualidad. En un remedo perfecto de “el primero te lo regalan, pero el segundo te lo cobran”, los que conocen el paño indican que la variedad Innovator recién fue registrada en 2004 -veinte años atrás- cuando su siembra en el país había sido promovida varias campañas antes, al menos desde 1998.
Parece ser una práctica habitual de esta compañía, que introduce nuevas variedades de papa y promueve su siembra en “ensayos” de gran extensión, mucho mayor a la aceptable, para una vez lograda la aceptación por el mercado local recién registrarlas en el INASE, para comenzar con su comercialización formal y la obtención de regalías. Esta modalidad que también transgrede algunas normativas se aplicó con la Innovator y se estaría repitiendo con nuevas variedades que HZPC pretende introducir para sus sustitución en la Argentina.