José Luis Birador se dedica a la avicultura desde hace varias décadas. Vivió la época de oro de esta actividad (la ubica a principios de este milenio), cuando la misma se encontraba subsidiada, era rentable, y se exportaban grandes cantidades de pollo a países como Venezuela. Pero desde 2008 las inversiones comenzaron a reducirse año a año y hoy el panorama no parece ser muy alentador.
“El mercado interno creció muchísimo. Debemos estar en los 47 o 48 kilos de pollo per cápita. Pero lo que se produce hoy en Argentina supera lo que puede consumir el mercado interno, porque se abastece en forma inmediata. Cuando no se puede exportar como pasa en estos momentos, es muy difícil y hoy por hoy está sobresaturado”, señaló el Birador a Bichos de Campo.
A continuación agregó: “Si la avicultura crecer no le queda otro camino que tener un horizonte para exportar”.
A diferencia de lo que ocurre en otros países, donde se produce un kilo de carne de pollo con menos de un kilo y medio de alimento, en Argentina las producciones integrados utilizan alrededor de dos kilos de grano por kilogramo de animal. Birador aseguró que este es uno de los mayores costos en los que incurren los productores, y que dado a que el alimento nunca escaseó en el país, la conversión de alimento a kilos no se consideró tan importante.
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-¿Qué influye en que seamos más deficientes convirtiendo alimento en carne?- le preguntamos.
-Uno de los principales factores pasa por las estructuras: los equipamientos y los galopes de pollo con tecnología. Estos animales dependen cada vez más del manejo y del medioambiente. Nosotros tendríamos que poder manejar el ambiente y la única manera de hacerlo es con estos tipos de galpones.
Birador se refiere aquí a las instalaciones que hacen uno de la tecnología “dark house”, cuyo revestimiento en lana de vidrio ayuda a que la temperatura en el interior se mantenga constante y no se gaste energía de más.
“Para obtener esos galpones hay que invertir números muy importantes, y la única forma de invertir en eso en con créditos. No hay otra manera”, aseguró el productor.
Esto se vuelve una meta casi imposible si se tienen en cuenta que no existen líneas de crédito destinadas al sector avícola. Es importante recordar que los productores integrados deben hacerse cargo de sus propias instalaciones y cargos energéticos, ya que la empresa que les brinda a los animales sólo se encarga de proveer el alimento.
Y asegún afirmó Birador, algo no menor es el hecho de que la mayoría de los productores integrados están apenas en la línea de subsistencia. Hoy las granjas crían en su mayoría entre 35.000 y 40.000 pollos, que aunque parece mucho, califican como pequeños productores. “Una familia tipo para vivir de esto debería tener no menos de 60.000 a 80.000 pollos. Si no es avicultura de subsistencia”, indicó.
-¿Sin créditos es imposible invertir?
-Es imposible. No hay forma de que un integrado con la rentabilidad que tiene hoy pueda construir otro galpón y menos de ese tipo. Si la persona vive de esto es imposible que pueda construirse algo con su propia ganancia.