Aunque no sea demasiado conocido, Nicolás Bossio tuvo un rol clave durante el conflicto entre campo y Gobierno en 2008. Hijo de chacareros santafesinos, afiliado a la Federación Agraria, por entonces se desempeñaba como secretario del entonces presidente de la entidad, Eduardo Buzzi, y por lo tanto conocía al dedillo todos los entramados políticos y el detrás de cada negociación. Nicolás, que hoy se desempeña como consultor en comunicación política, comparó aquel conflicto con el avance del Gobierno sobre Vicentin. “El pasado se nos vuelve a poner en frente; tenemos todo el pasado por delante”, afirmó.
En diálogo con Bichos de Campo, Bossio estableció algunos paralelos sobre ambas situaciones. Tanto en el conflicto por las Retenciones Móviles como ahora con Vicentin, el vínculo de negociaciones se da en torno a gente que asiste sin conocimiento y con mucho prejuicio respecto de los temas.
“En 2008 el vínculo cotidiano era con Alberto Fernández (por entonces Jefe de Gabinete de Cristina Kirchner) y la entonces secretaría de Agricultura no participaba de esas actividades, era la última en enterarse. Los actores terminan centralizando poder, supieran o no del tema, y los otros quedan lateralizados. Así te encontrás con que va gente a las reuniones que no conoce la realidad del sector y que tienen prejuicios sobre el mismo. No tienen ideología, simplemente una directiva política”, expresó el comunicador.
Para Bossio, esta situación se repitió bastante con los anuncios de la intervención y expropiación de Vicentin, donde intervino mucha gente que desconoce cómo funciona la industria aceitera.
Mirá la entrevista completa realizada a Nicolás Bossio:
En este contexto, Bossio remarcó que “Vicentin pasó de ser el ejemplo de la burguesía nacional a ser una empresa que gestionó mal y que hay que expropiar. Ya lo vivimos en 2008. Llevar situaciones al extremo no sirve para sumar, y lo vemos como país. Continuamente seguimos repitiendo errores. En vez de avanzar, retrocedemos continuamente”.
En la visión del ex directivo de la FAA, que sigue afiliado pero ya no ocupa ningún cargo ejecutivo en esa entidad, la realidad es que “Vicentin es una empresa de la que los santafesinos en general, sobre todo los que estamos vinculados al sector, estamos muy orgullosos por lo que representa”.
“El crecimiento de la empresa es muy importante para el centro y norte de la provincia. Unas 2000 familias dependen de esa empresa, que generó procesos de desarrollo y agregado de valor. Hay una valoración positiva de la empresa. Ahora, eso no significa que sus directores o dueños no hayan cometido un ilícito. Para eso está la Justicia y tendrá que actuar”, aclaró.
Bossio advirtió además por el hecho de que “el Gobierno vaya por una expropiación saltando al Poder Judicial. Eso te pone en alerta porque podría ser la punta de lanza mucho más ambicioso, o simplemente se trató de una movida abrupta del Gobierno sin medir lo que estaban haciendo. Sería muy bueno preguntarle al gobernador de Santa Fe (Omar Perotti) que se enteró (de la posible expropiación, luego descartada) porque lo leyó en un diario”.
Según el consultor, la política de Fernández tiene un discurso seguido a sus propios seguidores. “Si ves cómo arrancó el tema con Vicentin, pasamos de tomarlo para garantizar la soberanía alimentaria, para después pasar a recuperar el dinero de los argentinos y luego simplemente para hacer Justicia. Es como que van viendo cómo se va reflejando ese discurso en sus seguidores. Lo que ven que resulta más positivo lo van tomando”.
“Ahora, del otro extremo también se utilizan discursos que no son los correctos”, manifestó Bossi.
-Si te corren con ideología de un lado, parece que hay que contestar con la ideología del otro…
-El tema es que en comunicación se termina actuando por efecto reflejo, pero son los extremos los que hacen esto. Y hoy tenemos extremos que serán el 20% o 25% de la sociedad y en el medio queda un 50%, que vendría a ser el grueso de la opinión pública. Esa mayoría no entiende sobre qué se está hablando, y no son claros ninguno de los dos extremos, porque, o sos blanco o sos negro o estás con Venezuela o estás con la República, cuando en verdad hay un camino en el medio donde está la Justicia.
El Poder Ejecutivo y el Legislativo no deben pasar por arriba de la Justicia, pero del otro lado tampoco hay que salir a cortar rutas y salir a hacer un bochinche enorme por una situación que puede mantenerse por un camino un poco más serio. Sino terminamos siempre en los extremos. Somos o buenos o malos.
Bossio lamenta esta polaridad. “Hay gente que festeja el que salgan a romper los silobolsas, y del otro lado hay gente que asegura que saldrá armada para defenderse, cuando en el medio debería estar el Estado haciendo respetar la ley. Ni salir a romper ni salir armado. Llevamos todo a los extremos como digo”.
-¿Qué harías si pudieras viajar hacia el pasado, volver a 2008, y modificar la historia?
-Lo que pasa es que ahora es mucho más fácil verlo porque uno está tranquilo ahora y no está con las presiones del momento. Recordemos que hubo amenazas de muerte a dirigentes. Se llegó a un nivel en que, por el impulso que se daba desde las cúpulas, las bases empezaron a sentirse habilitadas para hacer cualquier cosa. Había algunos cortes de ruta que se habían tornado agresivos y complejos porque la gente estaba muy enojada, y a uno que le tocaba estar sobre todo en Capital Federal, circulábamos con temor, porque nos habían insultado y amenazado.
A la distancia, Bossio tiene claro que “esa locura no era racional, porque en cualquier momento te lleva a dar un paso más, y de ese paso más después no se vuelve. Yo siempre agradezco que durante el 2008 no hubo que lamentar ningún hecho fatal porque cuando te levantabas por las mañanas, uno siempre estaba con el temor de que, desde algunos de los dos lados, hubiese algún caso de agresión. Y ese era un temor diario”.