La localidad entrerriana de Chajarí es el epicentro de la actividad citrícola del norte de Entre Ríos, donde hay unas 35.000 hectáreas de cítricos, repartidas entre 50% de naranjas y 50% de mandarinas, aunque también haya algunas plantaciones aisladas de limones y pomelos. “Son familias agropecuarias las que se encargan de la producción. Hay unos 1.800 productores conformados en pequeñas empresas, ya que, en promedio tienen menos de 20 hectáreas cada uno”, dijo a Bichos de Campo Sebastián Perini, Jefe de Agencia De Extensión Rural (AER) Chajarí del INTA.
El técnico explicó que todos los productores del departamento de Federación están bastante integrados hacia adelante de la cadena de comercialización, puntualmente para tratar de vender en el mercado interno. “En la zona tenemos unos 320 galpones de empaque de cítricos, lo que hace que el área sea dinámica y que atienda a todos los mercados nacionales de cítricos; el mercado Central por excelencia, pero también Rosario en Santa Fe, Mendoza y otras provincias. Todas las mandarinas y naranjas que consumen en Buenos Aires salen de acá”.
Luego de esta descripción de la economía regional, Perini advirtió: “Venimos en crisis desde hace tiempo, y es fuerte, se siente. Al productor no le cierran los números. Son muy pocos aquellos que pueden armar alguna unidad de negocio que les cierre. La situación es compleja”.
El especialista aludió a que son cada vez menos los productores que pueden cubrir sus costos de producción. “Si te das una vuelta por las áreas productivas, vas a encontrar muchas quintas en franco deterioro en cuanto a la nutrición y producción, y eso significa que los productores no están pudiendo atenderlas”.
Mirá el reportaje completo realizado a Sebastián Perini:
Perini expresó que, en este contexto, existe un cambio profundo en el negocio. “En la gestión anterior de gobierno se pensaba en un mercado interno fuerte, lo que hizo que el productor sesgara todas sus unidades de negocio para atender a ese mercado. Y así hubo empresas locales que fueron muy favorecidas, mientras las empresas de exportación perdieron en esa ecuación y muchas de ellas quedaron desfinanciadas. En ese esquema había productores empacadores para mercado de exportación”.
Hoy, para Perini, esa realidad cambió. “Para poder hacer exportación, el productor debe atender al mercado local y tiene que darle movimiento a su empaque con fruta, tanto sea para mercado local como para mercado de exportación. Hay un cambio de actores en esa parte y están como re acomodándose”.
De todos modos, el técnico del INTA cree que hay mucho camino por recuperar: “Sin lugar a dudas es poco el volumen de producción que sale a exportación. Antes, del 18% al 25% de nuestra citricultura salía a exportación y hoy estamos en el orden del 10%”, aclaró.
Una salida de la crisis, para Perini, pasaría por exportar más para dolarizar algo los ingresos del sector y así poder realizar las reconversiones de frutales que se necesitan.
“El tema es que lleva tiempo e inversión, y venimos de una campaña complicada desde el acceso a la financiación y disponibilidad de inversiones. Siempre el productor generaba financiación con movimiento interno, es decir, con lo que podía lograr en la venta de sus productos, y al estar retraído, las inversiones no se dan”, aclaró.