Hace unos años, una nota del sitio BigBang News contaba el secreto de los “palteros”, como llamaba a una organización dedicada a vender la palta más barata en las calles
Decía aquella nota: “Los ‘palteros’ de la calle funcionan organizados, a su vez, por un ‘paltero jefe’ que compra las paltas al por mayor y las distribuye. En el caso de Andy (se refería a un chico que las vendía en Chacarita) es su papá. El joven de 22 años trabajaba con su auto en Cabify pero tuvo un choque y hasta que le reparen el vehículo, cuenta a BigBang, salió a vender paltas para ganar unos pesos. Por día vende tres cajones. Cada cajón tiene entre 80 y 90 paltas”.
Lo cierto es que esta postal de jóvenes vendiendo paltas mucho más baratas que en las verdulerías y supermercados se ha multiplicado en los últimos años en las calles de Buenos Aires. La variedad más comercializada por esa vía es la “Hass”: de un tamaño mediano, carozo fácil de desprender y muy rico sabor.
Amparándose en un montón de regulaciones que le otorgan poder de política sanitaria, El Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) emitió una resolución que podría poner en jaque el negocio de los palteros, pues “establece como obligatorio la utilización del Documento de Tránsito Sanitario Vegetal Electrónico (DTV-e) establecido en agosto de 2018 de la Administración Federal de Ingresos Publico (AFIP) y el Senasa para amparar el traslado de palta fresca (Persea americana), variedad Hass en todo el territorio de la República Argentina”.
El argumento, está claro, es de índole sanitario: evitar la propagación de plagas que puedan complicar la producción local de esta fruta, sobre todo teniendo en cuenta de que la mayor cantidad de paltas que circulan por las calles son de origen importado. Pero también el organismo expone una preocupación por “la condición higiénico-sanitaria de los alimentos de origen agropecuario”.
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“Con el fin de prevenir la dispersión de las plagas en los vegetales y mitigar los riesgos de contaminación física, química y microbiológica en los productos alimenticios de origen vegetal, el Senasa ha dictado distintas normativas referidas a los movimientos y traslados internos de los vegetales y productos de dicho origen”, recuerda la Disposición Conjunta 1/2024, que aparece publicada en el Boletín Oficial, que de todos modos otorga un plazo de 30 días para que el comercio de paltas se adapte a la nueva exigencia.
El mencionado Documento de Tránsito Sanitario Vegetal Electrónico es “el único documento válido para amparar el tránsito de productos, subproductos y derivados de origen vegetal, nacionales o importados”, recuerda el Senasa, dando a entender que las cargas que no estén amparadas en este documento no podrán ser comercializadas y podrían ser decomisadas si en el futuro se realizaran controles sobre los palteros. Luego agrega: “El conocimiento y el control sobre el traslado de los productos vegetales es un instrumento que fortalece la trazabilidad de los mismos, lo que permite conocer el origen de la mercadería y obtener la información para que, en caso de alertas alimentarias, ubicar los lotes afectados y verificar donde se ha registrado el problema”.
De acuerdo a un informe elaborado por la Corporación Mercado Central de Buenos Aires, en el período 2021 a 2023 se comercializaron en dicho mercado un promedio anual de 7.539 toneladas de palta, y la variedad Hass representó 87%, del total. En ese mercado concentrador, más del 81% de las cantidades de palta fueron de origen importado (Chile, Brasil, Perú, México y Colombia), en tanto que el 19% restante correspondía a productores nacionales ubicados en Tucumán, Jujuy y Salta, y en menor medida en la región mesopotámica.
Además del Mercado Central existen varias decenas de mercados de menor volumen en el conurbano de Buenos Aires, donde también podría llegar ese producto.
Según el Senasa, “la variedad Hass de palta es la que concentra el mayor porcentaje de las preferencias de los consumidores y por ende del comercio, y consecuentemente del tránsito federal, resulta conveniente incluir sus traslados bajo el resguardo del DTV Electrónico”.
Supuestamente después de esta regulación deberían venir los controles del organismo sobre la llegada de paltas al mercado y su posterior distribución. El tiempo dirá si esta medida es capaz de poner en jaque el negocio de los palteros.