En 2021, con apenas 280 milímetros registrados en el año, la mayor parte de los vecinos de Francisco Ferreira se encontraba retirando la hacienda del campo o bien abasteciéndose de recursos forrajeros. Sin embargo, él, además de gestionar un rodeo de cría, decidió recibir más de 300 novillos en capitalización por el término de un año. ¿Disponía de gran cantidad de rollos, silaje de maíz o algún otro recurso escondido debajo de la manga? Nada de eso: solo campo natural. Para comprender cómo lo hizo es necesario retroceder en el tiempo cuatro años atrás, hasta el momento en que Francisco –coordinador de la región CREA Semiárida– se hizo cargo de un campo ganadero familiar localizado en el noreste de la provincia de Río Negro, donde decidió instrumentar un sistema de manejo regenerativo de pastizales.
Con el asesoramiento de Gustavo Ursera, quien incorporó hace años el manejo holístico, Francisco decidió replicarlo en el establecimiento familiar que poseía 5000 hectáreas de campo natural.
“Durante mucho tiempo se consideró que el campo –que se encontraba en manos de la familia desde 1917– podía gestionar, con un manejo convencional, un total de 150 vacas por legua; es decir, 300 vacas en 5000 hectáreas. Sin embargo, hoy, en el cuarto año de manejo holístico, dispone de 600 equivalentes vaca (EV)”, explica Francisco. De acuerdo con la última medición, la receptividad es de 272.471 día animal.
El planteo, que contempla dejar “descansar” el tiempo suficiente a las especies presentes en un pastizal –tanto nativas como foráneas– para promover una recarga de biomasa aérea y subterránea que contribuya generar una acumulación progresiva de carbono en el sistema, generó una respuesta sorpresiva. “Comenzamos a observar en los lotes la presencia de especies nativas de alto valor nutricional que hace años que no veíamos”, comenta en un artículo publicado por CREA.
El cambio requirió inversiones en perforaciones y bombas eléctricas y solares, además de readecuaciones de los bebederos, para proporcionar abundante agua en los diferentes módulos por los cuales se va derivando la hacienda.
El manejo holístico se complementa con un plan de quemas prescriptas. En el marco de un programa sistemático de largo plazo se van quemando diferentes sectores todos los años con el propósito de mejorar el pastizal y bajar la densidad y cobertura de especies leñosas, además de asegurar las condiciones propicias para prevenir incendios espontáneos
“Con un plan de quemas prescriptas no solo disminuye el riesgo de desastres provocados por grandes incendios, sino que también se promueve un aumento de la biodiversidad de especies tanto vegetales como animales”, explica.
Otra de las variables introducidas con este cambio de sistema fue la incorporación de genética Bonsmara en el rodeo de base Hereford con el propósito de seleccionar ejemplares destacados en fertilidad, mansedumbre y condición corporal, tres cualidades críticas para una zona productiva compleja y desafiante.
“El campo está a 85 kilómetros de ripio del pueblo, por ende, todo lo que contribuya a simplificar los procesos e independizarlos de requerimientos externos, permite consolidar su seguridad y previsibilidad”, remarca.
Uno de los mayores dolores de cabeza recibidos fue el hecho de encontrarse con un servicio larguísimo de alrededor de seis meses, que hacía de las pariciones un auténtico circo, muy difícil de manejar entre dos personas, pues la gestión operativa está únicamente en manos Francisco y su compañera Mariana Scotti, quienes residen en el campo la mayor parte del año.
Con la ayuda de la inseminación artificial y el repaso inmediato con toros, se fueron acortando los servicios, pero aún queda mucho trabajo por hacer al respecto para contar con pariciones concentradas que permitan eficientizar recursos.
Una clave del sistema es que las terneras destinadas a la renovación del plantel de madres pasen por un proceso de “amansamiento”, al ser destinadas a lotes cercanos a la vivienda de la pareja, los cuales cuentan con balanceado ofrecido a través de silos de autoconsumo. Allí, la cercanía fomenta la interacción entre vacunos y humanos, de manera tal de detectar con anticipación conductas rebeldes o desafiantes para así retirar a esos ejemplares del rodeo de manera temprana.
La mansedumbre es un aspecto crítico del sistema porque los animales deben tener plena confianza en los humanos para pasar de un lote a otro con un mínimo esfuerzo por parte del operador del planteo.
“Recientemente, luego de varios años, contratamos a una persona para ocuparse del rodeo, lo que no resultó fácil, porque la mayor parte del personal con experiencia ganadera tiene por tradición estar arriba de la hacienda, mientras que el manejo holístico requiere paciencia para respetar los tiempos de todos los animales”, resalta Francisco.
El destino quiso que la implementación del sistema holístico se concretara en el marco de una seguidilla de años particularmente secos, algo que, si bien reveló la fortaleza relativa de la tecnología de procesos en esas condiciones ambientales, también restó productividad.
“Los negocios, ya sea con terneros, recría o capitalizaciones, se ajustan en función de la disponibilidad presente y proyectada de pasto y, por supuesto, también de la evolución de los indicadores económicos, financieros y comerciales”, expone.
Además de Gustavo Ursera, Francisco comenzó a tomar contacto con otros empresarios ganaderos cuyo común denominador era el manejo del pastizal natural en la zona. Luego de varias reuniones y charlas, decidieron, hace dos años atrás, formar un grupo CREA cuyo nombre es, precisamente, CREA Holístico.
El asesor del CREA, Agustín Paniz, cuenta entre sus fortalezas con la gestión económica y financiera de las empresas, un aspecto considerado esencial por los 13 integrantes del grupo. “Más allá de las cuestiones operativas, productivas y ambientales que hacen del sistema holístico una herramienta óptima para una región como la nuestra, para que sea sostenible aquel debe ser tanto o más rentable que los planteos tradicionales”, señala Francisco. “Por el momento, los números nos acompañan”, añade con optimismo.
Es un camino a la recuperación del planeta