Este jueves a la noche fracasó la reunión que convocó el Ministerio de Trabajo para tratar de intermediar en un nuevo capítulo entre la cooperativa SanCor y el gremio de trabajadores de la industria láctea, Atilra, que esta semana está paralizando la actividad en las plantas de esa empresa. Según fuentes confiables, el gremio se mostró intransigente y como la cartera laboral pretendía una tregua de común acuerdo, tampoco se animó a dictar la conciliación obligatoria recomendable para estos casos donde están en juego además millones de litros de leche que se siguen ordeñando en varias decenas de tambos.
Mientras se conocía este fracaso en la intermediación de la cartera laboral, el gremio Atilra salió a establecer su posición, tratando de despegar este conflicto del fracaso de su propuesta para que el Banco Nación facilite 60 millones de dólares a un grupo de empresarios argentinos que iban a trabajar en el salvataje de la cooperativa insignia de la lechería argentina, que arrastra una grave crisis desde hace varios años. Según la posición del sindicato, este conflicto “se origina por la falta de pago de los salarios correspondientes” y no por otra razón.
“Los directivos de la cooperativa no cumplen desde hace años con las disposiciones legales y salariales. Por otra parte, en lo que respecta a los aportes y contribuciones a su cargo, se le retiene a los trabajadores estos importes y se quedan ellos con los mismos en beneficio propio ya que los utilizan para pagar la materia prima que ellos mismos producen a precio pleno, sin quitas ni deducciones como lo hacen con los trabajadores”, se indicó en un párrafo más extenso, dando cuenta de que los dueños de la cooperativa finalmente son tamberos que no han debido sufrir ajustes en sus ingresos.
Difícil que haya acuerdo en estos términos, porque el sindicato que propiciaba la irrupción de un grupo empresario a través de un fideicomiso financiado por el Estado, lo que hubiera implicado la disolución definitiva de la forma cooperativa, habla en muy malos términos de quienes dirigen hoy la empresa. “Estos directivos han dado sobradas muestras de ser incapaces y son quiénes han llevado a una situación de quebranto a la empresa no obstante la colaboración brindada por los trabajadores”, toman distancia.
Desde Atilra, también difundieron un “auto-reportaje” a Héctor “Etín” Ponce, su secretario general. En el mismo el dirigente cercano al gobierno hizo un “repaso, de cómo se genera el conflicto, de cuántos años traemos, de dónde estamos parados con el fideicomiso que finalmente no llega a concretarse”.
“Sancor tiene una deuda de aportes por 3.000 millones de pesos aproximadamente”, denunció el sindicalista, quien comparó la situación de trabajadores que no tienen obra social con la de ejecutivos que “tienen en las prepagas muy buenos planes”.
Luego Etín denunció que la cooperativa no buscó opciones para salir de la crisis, a diferencia del gremio que propuso el fideicomiso. “Hemos incursionado por todos los lugares buscando alternativas. Hemos hablado con distintas empresas nacionales e internacionales las que en su momento se mostraron predispuestas a conversar con la empresa y querer hacer uniones, hacerse cargo, después los derivamos a las empresas y salieron corriendo, por lo que los directivos de la cooperativa, en aquellos casos, le pedían. Entonces, uno tiene muy en cuenta y muy en claro acerca de la ineptitud, la ineficacia, pero también la necesidad, la necesidad de los mismos”, declaró.
Pero más adelante agregó: “Nosotros no instamos a que se ponga en marcha un fideicomiso, fue la única instancia, la única alternativa que había -no digo para solucionar integralmente el problema de Sancor-, pero sí como para empezar a vislumbrar un camino de sustentabilidad distinto y lo obstaculizan permanentemente poniendo todos los días algo nuevo”.