Finalmente, tal como se había advertido casi dos meses atrás, las posibilidades de que la Argentina pueda lograr una gran siembra de maíz temprano se desdibujaron ante la persistencia del déficit hídrico en buena parte de las regiones productivas.
Un modelo desarrollado por INTA, que muestra una estimación del nivel de agua en el suelo con respecto al máximo posible en los dos primeros metros de profundidad –el horizonte de exploración de las plantas– muestra que la situación sigue siendo dramática en la mayor parte del sector oeste de la zona pampeana argentina.
La cuestión es que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) no prevé precipitaciones significativas en las zonas afectadas por déficits hídricos al menos hasta el próximo 25 de septiembre.
Con reservas de humedad tan escasas y pocas certidumbres sobre la evolución del factor climático, para tales regiones productivas el maíz temprano ya fue mayormente descartado para pasar el área a soja de primera o bien maíz tardío.
La contrapartida del drama presente en el sector oeste de la zona pampeana es una situación óptima en gran parte del este de dicha región, donde la situación ambiental no podría ser más adecuada para iniciar la siembra de maíz temprano.
La superficie argentina de maíz –según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires– experimentaría en 2023/24 un crecimiento interanual del 2,8%, aunque, tal como están las cosas, es muy probable que la mayor parte de ese aumento –como sucedió el año pasado– se sostenga con siembras tardías.
La ventaja de las siembras tardías es que las mismas se harán con el nuevo gobierno, que asumirá el próximo 10 de diciembre, con lo cual para entonces debería estar más claro cuáles serán las reglas de juego del negocio agrícola en esa coyuntura.
Junio 8mm
Julio 29 mm
Agosto 6 mm
Septiembre 3 mmMaíz 🌽 temprano….. pic.twitter.com/4FisxvFrk1
— Agustin Picardi (@PicardiAgustin) September 11, 2023