La ilusión duró poco: administradores de fondos especulativos que negocian contratos agrícolas en el CME Group (“Chicago”) recularon esta semana y comenzaron a construir nuevamente apuestas “bajistas” en maíz y especialmente en soja.
El martes pasado –según datos publicados hoy por la Commodity Futures Trading Commission– los fondos agrícolas volvieron a “venderse” fuerte en maíz y las posiciones netas en futuros y opciones del cereal pasaron nuevamente a terreno negativo. En lo que respecta a soja, donde los gerente en fondos agrícolas seguían aún “vendidos”, las posiciones netas “bajistas” se profundizaron.
La regularización del régimen hídrico en Sudamérica, junto con el alejamiento de la probabilidad de la instalación de una fase “La Niña”, son un claro soporte bajista porque contribuyen a consolidar la posibilidad de una gran cosecha gruesa en el ámbito del Mercosur.
Los bajos niveles poblaciones de Dalbulus maidis (“chicharrita”) en la Argentina, insecto vector del “achaparramiento del maíz” que liquidó al menos seis millones de toneladas del cereal argentino en 2023/24, representa además una señal favorable para el desarrollo del cultivo.
Por otra parte, una nueva edición de la “guerra comercial” entre China y EE.UU. generaría en el cultivo de soja pérdidas de ingresos anuales de 3600 a 5900 millones de dólares para los “farmers” estadounidenses, mientras que en el caso del maíz la cifra estimada sería de 900 a 1400 millones por año. Así lo advirtió un trabajo elaborado por la consultora Servicios Económicos y Ambientales Agrícolas Mundiales (WAEES por sus siglas en inglés) a partir de un pedido realizado por la Asociación Nacional de Productores de Maíz de EE.UU. y la Asociación Estadounidense de Soja.
Si el candidato republicano Donald Trump resulta electo en los sufragios presidenciales de noviembre próximo, es prácticamente un hecho de que volverá a implantar medidas protecciones contra China que desataría una segunda edición de una “guerra comercial” con la nación asiática.
En ese marco, si bien existen componentes alcistas en la “ecuación” de la formación de los precios de los productos agroindustriales –como un desastre climático en el Mar Negro y un escenario de aumento enorme del consumo interno de aceite de soja en EE.UU.– gran parte de los administradores de fondos agrícolas optaron por “comprar” la predominancia del mercado bajista al momento de gestionar los fondos.
Las posiciones netas surgen de la diferencia entre las posiciones compradas (“long”, que fijan un precio techo y por ende apuestan a un mercado alcista) y las posiciones vendidas (“short”, que fijan un precio piso y por lo tanto apuestan a un mercado bajista). Tales registros se difunden con algunos días de retraso para evitar que tal información impacte en las cotizaciones de granos.