La llamada “Agricultura Siempre Verde” (ASV) es el nuevo planteo productivo que propone la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), un modelo que consiste en maximizar la cobertura de los suelos con cultivos para que permanezcan “verdes” todo el año.
Este paradigma, según la entidad, está destinado a suplantar la simplificación del manejo agronómico que se consolidó durante la primera década del presente siglo, el cual, si bien generó un crecimiento exponencial de la riqueza, vino acompañado por “hipotecas” que se siguen “pagando” en la actualidad, como es el caso de las malezas problemáticas.
Mirá la entrevista completa a Johnny Cassera:
“Es malo tomar cuestiones por sentado y abrazar la comodidad de los sistemas simplificados como hicimos. Antes se hacía mucha agricultura por receta, porque era más sencilla, pero hoy eso nos puso en una situación de compromiso donde tenemos que hacer cosas distintas a las que hacíamos en aquel momento”, analizó en Bichos de Campo el productor Johnny Cassera.
Cassera es integrante de la Regional Aapresid Pergamino-Colón y estuvo a cargo, junto con César Belloso, ex presidente de la entidad, de la organización de una jornada reciente en la cual se realizó una recorrida para mostar “in situ” un sistema de producción “siempre verde”.
El campo donde se realizó la jornada (“la Oración”) está ubicado en Salto, a pocos kilómetros del partido de Pergamino, donde desde agosto de 2019 rige una prohibición judicial para aplicar fitosanitarios en cercanías a las zonas urbanizadas (1095 metros para pulverizaciones terrestres y 3000 metros para aplicaciones aéreas).
Cassera explicó que fue la propia naturaleza la que les “mandó el mensaje” de que debían cambiar. “Si hay algo que persiste en el tiempo es la naturaleza y es ésta la que nos pone los avisos y las señales, nos pone los límites y presenta los desafíos. La naturaleza nos puso desafíos con las malezas resistentes y en torno a (la calidad de) los suelos”, declaró.
Pero no todas son malas para los productores argentinos. “Entre las cosas buenas rescato nuestra capacidad de cambio. Habiendo conocido agricultores de otros países y habiendo visto otros modos de trabajar, veo que la gran fortaleza de productores y técnicos en Argentina es la capacidad de evolución y de cuestionamiento del status quo acerca de cómo se hacen las cosas”, evaluó.
“Una de las ventajas que tenemos los productores argentinos es la eficiencia con la que producimos, puesta por las condiciones que recibimos de factores externos. Esa es la virtud, la de poder levantar la cabeza por encima del cerco y ver que hay algo distinto más allá y poder ir hacia ese lado”, agregó.
No obstante, Cassera reconoció que este modelo de intensificación a través de “plantas vivas todo el año” que propone Aapresid “no se puede hacer en todos lados, cada región debe buscar sus alternativas para acercarse lo más posible al sistema; hay toda una adaptación de filosofía en la forma de hacer las cosas y muchas veces también dificultades económicas e impedimentos mecánicos y técnicos”.
Son los primeros pasos, pero así como sucedió con la siembra directa, Cassera está convencido de que se sumará cada vez más gente al nuevo modelo agrícola y manifestó que quizás hasta ayude a reconciliar al agro con la sociedad, además de otorgarle una mejor imagen social.
“El sistema en sí mismo es mucho más amigable con el ambiente, pero también es una oportunidad de demostrar que al igual que muchas otras industrias, se pueden hacer las cosas de modo diferente”, concluyó.