En los debates que rodean a la Agroecología, Santiago Sarandon es una de las fuentes que merecen ser consultadas desde el espacio que propicia un cambio de fondo en los modos de producción actuales. Considerado como uno de los padres de este movimiento a nivel local y regional, este agrónomo recibido de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) se encuentra acompañando su desarrollo desde la década de 1990, y formando a otros que quieran seguirlo desde el 2000.
Durante todo ese derrotero, Sarandon observó como ese modo de producción alternativo recibió todo tipo de etiquetas, siendo la más popular aquella que sostiene que la Agroecología no es más que pura ideología. Pero lejos de preocuparse, el especialista afirma que esa acepción no es del todo incorrecta.
“La Agroecología es ciencia y es ideología. Cualquier ciencia parte de ciertos paradigmas, no existe una ciencia sin ideología. Siempre hay una premisa, un conjunto de ideas que subyacen a la manera de investigar”, indicó.
A modo de ejemplo, citó que “en casi toda Latinoamérica la ciencia agronómica se hace a través de la estación experimental. Eso es una decisión producto la idea de que en vez de trabajar en campo de agricultores, hay que crear un ambiente artificial donde lo que se hace es válido. Pero nos podemos preguntar: ¿Por qué no investigan en el propio escenario donde luego se aplican, como son los campos reales de los agricultores?”, señaló a Bichos de Campo Sarandon, en el marco del 10° Congreso Latinoamericano de Agroecología que se realizó en Paraguay.
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“El problema de los paradigmas es que son invisibles para la mayoría de nosotros. Casi todo lo que hacemos, lo hacemos de una manera que es muy parecida a la que hace la gente que vive en nuestro mundo. No hay mucha variación porque pertenece a una estructura de pensamiento. Pero cada tanto cambia y la Agroecología es un nuevo paradigma”, añadió el ex titular de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA).
Esto quedó en parte demostrado con la integración al Plan de Ingeniería Agronómica de la UNLP de una asignatura obligatoria referida a este modo de producción, que se dicta hace más de 20 años.
“Creemos que la Agroecología no viene a traer una ideología a un mundo sin ideología, sino que viene a traer un conjunto de ideas que viene a remplazar a otras”, afirmó el agrónomo.
Uno de los ejemplos más claros para él son los datos arrojados por el INTA respecto a suelos con déficit de nutrientes, como fósforo, potasio, calcio y azufre, y del refuerzo de malezas cada vez más problemáticas.
“Había una nota que circulaba que decía que los agricultores argentinos se caracterizan por aplicar tecnología. Si han aplicado tecnología y tenemos problemas cada vez más graves con las malezas, ahí la pregunta es: ¿Generamos buena tecnología y la aplicamos mal o la que estamos generando tiene un error original?”, se preguntó.
Y respondió: “Quizás la estructura de pensamiento no nos permite entender lo que tenemos que hacer. Creemos en la generalidad, que una receta es universal y que cada productor tendría que hacer un poquito de esfuerzo en adaptarla. Bueno, todo eso se está derrumbando”, afirmó Sarandon.
Agregó que “se habla de mayor eficiencia, de usar drones, equipos inteligentes, nanotecnología, más eventos transgénicos. Otros decimos no, que lo que se necesita es un pensamiento lateral. Seguir por este andarivel patea la pelota para adelante, quizás uno o dos años, pero no resuelve el problema. La resolución es mirar desde otro lado, desde otro camino con sus complicaciones, pese a que sentimos que es el camino correcto”.
-¿Por qué te parece que a los productores muchas veces les produce aversión la palabra agroecología?– le preguntamos.
-Eso es una generalidad, son algunos productores. Un paradigma tiene características que tienen que ver con la percepción de que yo en este andarivel voy a solucionar los problemas. Es muy difícil a veces de escaparse de eso. Pero a pesar de todo cada vez crece más la Agroecología. ¿Y por qué empiezan a cambiar? Porque existen cada vez más experiencias basadas en la Agroecología que funcionan bien. Muchos productores necesitan ver un campo que funcione bien para convencerse.
Sarandon cree que todo se acelerará cuando los productores puedan ver más resultados concretos exitosos. “La Agroecología ahorra mucho dinero. Yo necesitaba antes 4000 kilos de trigo por los costos y ahora con 2500 lo consigo, y es muy fácil conseguir esa cantidad. Es minoritario, pero no hay ninguna duda para mí, y para mucha gente, que va a ser el modelo que va a triunfar”.
-Entonces valió la pena todo ese trabajo que se viene desarrollando desde hace varias décadas.
-Cuando vos tenés una idea y la llevas a cabo, siempre vale la pena. No hay fracasos. El fracaso es no haberte animado a hacer algo y haberte quedado con las ganas, con la pregunta de qué hubiera pasado si hubiera hecho eso. Hay que transitarlo y eso te genera por lo menos estar en eje con vos mismo, sabiendo que estás contribuyendo a un mundo mejor. Lo que predomina en los congresos es un espíritu de alegría, de entusiasmo. La gente sabe, cree, que está haciendo una parte para construir un mundo mejor, que es posible. Y eso genera que no estemos quejándonos todo el día, que eso te desgasta. Estamos desde un diagnóstico transitando en la alternativa. Todos sentimos que estamos contribuyendo y eso es algo muy interesante.