El proyecto impulsado por la Secretaría de Agroindustria de la Nación y la asociación de cadena Maizar para producir maíz a gran escala en la provincia de Misiones viene cosechando rechazos por varios flancos. Si hasta aquí muchas organizaciones ecologistas y de pequeños productores lo criticaban por su impacto sobre el ambiente y la biodiversidad, ahora son los productores medianos y grandes quienes lo cuestionan por otra razón. Dicen que ese plan convertiría a Misiones casi en una proveedora de granos baratos para Brasil. Es decir, los ruralistas se quejan de que el valor agregado, la riqueza y el trabajo beneficiarían al vecino país.
La Federación de Asociaciones Rurales y Forestales de Misiones (FARM), en un comunicado, expresó su preocupación frente al convenio que suscribieron en 2018 Agroindustria y Maizar, y que cuyo máximo impulsor es el director nacional de Programas de Desarrollo Regional, el misionero Walter Kunz. ¿Por qué razón? Porque a juicio de los ruralistas sería una suerte de pecado producir granos aquí para que sean los brasileños los que finalmente le agreguen valor convirtiéndolo en carnes.
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Lo explicó a Bichos de Campo el titular de la FARM, Adrián Luna Vázquez, quien argumentó que -tal y como está planteada la iniciativa- serían los pdoerosos productores de carne porcina del sur de Brasil los que aportarían el dinero y la maquinaria necesaria para sembrar maíz a gran escala -se habla de hasta 250 mil hectáreas- en la provincia fronteriza, a cambio de hacerse de los granos para sus propias explotaciones. El dirigente misionero aseguró que ellos necesitan que el maíz quede aquí, pues el déficit provincial sería de unas 300 mil toneladas anuales.
Escuchá todos los argumentos de Luna Vázquez:
La iniciativa del área de Agricultura Familiar de la Nación apuntaba a crear una cuenca de producción de maíz sobre 125 mil a 250 mil hectáreas de Misiones y Corrientes, para evitar la importación del grano con altos costos de flete desde otras zonas de país y comenzar a exportar los excedentes a Santa Catarina, en el sur de Brasil. La movida tendría un gran impacto en una provincia que solo dispone de 1.264.000 hectáreas productivas y 417 mil hectáreas forestales, más otro millón de hectáreas de monte y pastizales.
En el rechazo de los ruralistas, queda claro, no se cuestiona la necesidad de producir mayor cantidad de maíz en territorio misionero sino más bien que las ventajas de esta mayor oferta del grano serían aprovechadas por los brasileños y no por empresarios argentinos.
“La exportación de la totalidad de la producción de maíz implicaría la pérdida estratégica de integrar verticalmente la producción de granos con la producción local de carnes, y otras industrias”, resumió la entidad agropecuaria.
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El plan del gobierno nacional, según la posición de la FARM, “abre la posibilidad de un avance de instituciones brasileñas aportando financiamiento con la finalidad de exportación de la producción de maíz al vecino país, cuando en la provincia de Misiones existe una gran necesidad de granos para integrarlos a la producción de carnes”.
“Misiones necesita avanzar hacia una mayor producción de granos como promotor de la producción de carnes, pero respetando la sostenibilidad de suelo y los bosques nativos; el arraigo rural, el medio ambiente y los derechos autonómicos de la provincia”, enfatizaron los ruralistas. En el mismo sentido, la entidad indicó que en la iniciativa se soslayaron varios aspectos críticos, como “la casi total falta de infraestructura de acopio y secanza en la zona, maquinaria adaptada, etcétera”.