Roberto Medina es técnico químico, trabaja en microbiología y es productor de bovinos de cría. Es nacido en Campana y vive en Los Cardales, Buenos Aires. Trabaja con varios amigos de esa región para la recuperacón del famoso Centro Criollo “Pampa y Cielo”. También es ambientalista y pertenece a una organización que defiende los humedales y se opuso a la instalación de una empresa química con potencial de contaminar el río Luján.
-¿Usted se define como tradicionalista y ambientalista?
-Me considero un improvisado entre los tradicionalista; aporto algo de conocimiento y costumbres criollas con mucho respeto. Creo ser ambientalista por principios y valores, como persona que ama la tierra y el paisaje en sí. Tiene que ver mucho con el Gaucho, el estado puro de libertad, de reflejarse un ser más entre la inmensidad de la llanura, ser parte del paisaje y cuidarlo.
-Dentro del tradicionalismo que usted defiende, ¿entran también los ritmos musicales que se van perdiendo como la Cifra o el Triunfo?
-Uno defiende lo que conoce y creo que a veces nos falta eso, conocer para defenderlo. En los géneros musicales dentro del folclore podemos encontrar lo más escuchado y conocidos, como se observa en las fiestas populares de la mano de grandes músicos. Respecto del Triunfo, la Cifra o una payada, sí, se nota algo más acotado, pero no veo que es algo que se pierda. Tenemos en el país cantidad de gente que día a día mantiene estos ritmos y si uno recorre ciertos lugares puede llegar a apreciarlos y nos provoca el deseo de seguir defendiendo lo que tanto nos ha costado: la libertad, el respeto y la hermandad (me refiero al ser, al otro).
-Volviendo al tema ambiental, ¿cómo es su trabajo por los humedales?
-Soy miembro y participo junto a un grupo de personas de la Asociación Vecinos del Humedal, que este 2020 cumple ya 10 años promoviendo la defensa de los humedales en la cuenca del rio Luján y extensiones dentro de los partidos de Campana y Exaltación de la Cruz.
-¿Cómo surgió esta idea? ¿Por qué los humedales?
-Surgió en 2010, cuando nos enteramos que se quería conformar un barrio cerrado de 1.200 hectáreas sobre la planicie de inundación del río Luján, a la altura entre los Partidos de Campana y Exaltación de la Cruz. Nos parecía que esto llevaría a un desequilibrio de la naturaleza, con resultados negativos sobre el entorno y las poblaciones ya asentadas desde tiempo. Sabíamos que no era fácil, considerando que estos emprendimientos avanzan a pasos agigantados en la provincia de Buenos Aires. Por eso quisimos concientizar a los espacios políticos del municipio, tanto concejales como ciudadanos, para que entendieran la problemática de estos rellenos previos a la conformación de un barrio.
-¿Y cómo hicieron?
Realizamos charlas de información con profesionales del Conicet e integrantes de diferentes fundaciones ambientales en colegios y en fiestas del pueblo. También juntamos firmas y elaboramos una revista gratuita donde el lector podía apreciar un contenido técnico como también una pequeña tira de dos súper héroes criollos “Carpo y Lotero”: Dos amigos del humedal Carpincho y Tero. Con este accionar logramos una ordenanza municipal que declara como zona no urbanizable los humedales en el Partido de Campana desde 2015.
-¿La lucha continua?
-Sí, porque los humedales simbolizan algo que otros no ven. No me refiero solamente a la flora y fauna, me refiero a que debajo de esa planicie de inundación la naturaleza puso un ecosistema que nos provee de agua potable y es receptor de las lluvias que bajan por la cuenca, evitando inundaciones. Tengamos presente que en los partidos aledaños -como Pilar, Escobar y Tigre-, sufrieron grandes modificaciones, que llevaron en tiempos de precipitaciones a innumerables pérdidas. Además algo importante para que la ciudadanía entienda, es que son espacios verdes naturales en inmediaciones a la metrópoli. No sólo es reservorio de agua sino que también amortiguan temperaturas y aportan a los ciclos naturales, equilibrando a la producción agroganadera, economías familiares y ecoturismo, entre otras cosas.
-¿En qué otros temas trabajan?
Con nuestro grupo no sólo conformamos junto a otras organizaciones la Red del rio Luján, sino que también integramos ASAC (Asamblea socio Ambiental Campana), conformada a fin del año pasado por diferentes ONG, referentes sociales, periodistas locales y ciudadanos comprometidos. ASAC se crea para oponerse a un proyecto que el mismo Municipio aprueba para rezonificar la zona del Tajiber, (lugar de humedales y lindero al Parque Nacional Ciervo de los Pantanos) con el propósito de ampliar el puerto que tiene la ciudad de Campana y utilizar esta zona como de contención de depósitos de combustibles y químicos. Campana tiene la característica de ser Industrial por empresas ya conocidas, pero debe pensar en un futuro que no puede agotar los espacios verdes que funcionan como pulmones dentro del Partido. Ladnort es la planta de residuos que pretende posicionarse en el camino del Morejón con un sistema de procesos para residuos Categoría 3, que es de peligrosidad. Los vecinos la mayoría rural, preocupados, lograron juntar firmas y presentarlas en la Municipalidad y nosotros como entidad damos ese apoyo a un momento tan difícil. Esta empresa ha tenido varias denuncias de contaminación.
-¿Considera que hay más conciencia ambiental en la sociedad?
-Pienso que estamos más comprometidos con el cuidado del ambiente, está más en boca concientizar. Lo que ocurre es que no siempre se realizan los estudios de impacto ambiental correspondiente, se arranca con la obra y los estudios son posteriores, pasándose de alto algunas leyes, así que cuando nos queremos acordar tenemos una planta armada o un camino que nos corta un humedal de punta a punta, como ya ha pasado hace pocos meses en esta zona.
-Ahora bien, las empresas que lo hacen, ¿es porque no les importa o porque creen que “no es para tanto”? O sea, ¿es ignorancia o indiferencia?
-Es total complicidad de negocios, les resulta rentable y no pretenden mejorar. En el caso de esta empresa, se ve beneficiada con el traslado de zona. No existe una ignorancia en una empresa.
-Antes sonaba imposible y hoy cada vez se habla más de “producir conservando la naturaleza”. ¿Qué opina?
-Producir conservando es la única manera que tenemos de salir adelante. No podemos seguir produciendo con sistemas de aplicaciones de productos en zonas donde ya se genera peligrosidad para la población. Se debe ser preciso en esto, pero también se le deben dar otras herramientas al productor. Europa tiene, en las cercanías a las ciudades, campiñas donde el ecoagro y la certificación de un producto natural van apoyados por el Estado. Acá necesitamos fomentar la producción natural con el agroturismo pero con continuidad en las políticas de Estado. No se puede pensar en algo a corto plazo, no sirve.