Roberto es el segundo preso que nos guía por los diferentes sectores de Liberté, la cooperativa autogestionada que funciona dentro de la cárcel de máxima seguridad de Batán, cerca de Mar del Plata, donde él cumple condena. Desde al acceso a esa zona semi liberada dentro del penal, ya hemos pasado por la carpintería y ahora nos sorprendemos en medio de un gimnasio. Sí, un gimnasio con profesor y todo, donde se paga una cuota y donde te marcan las mejores rutinas. Como si estuviésemos afuera.
Un gimnasio. Nos pellizcamos. Roberto no es el “profe” de educación física que se dedicaba justamente a eso, a dirigir un gimnasio, hasta que cayó en cana, pero que no está autorizado a hablar con Bichos de Campo. Por eso lo hace Roberto, que también despunta el vicio de hacer ejercicio allí dentro.
-¿Desde hace cuánto tiempo tienen gimnasio en Liberté?
-Este gimnasio fue creado hará cinco meses. Un poco la idea fue de todos. Hacíamos deporte en un patio allá con lo que teníamos. Es más, eso que está ahí (señala dos mancuernas para hacer pesas) era el único gimnasio que teníamos. Entonces decidimos ir haciendo con cosas de reciclar, con la chatarra que había acá, aprovechando que hay herrería y herreros. Fuimos buscando fotos por internet, ellos que se daban mana y le buscaban la vuelta y así.
-¿Y aquí hay un profe que sabe de gimnasia?
-Sí, tenemos un profe que es matriculado. Hoy está acá como interno, pero es su oficio.
-¿Funciona como un gimnasio normal?
-Viene la gente, se anota y lo ponemos en un listado. Tratamos de que sea igual que en un gimnasio que está fuera, que se maneje igual, con una rutina, con horarios. Viniste, él te arma la rutina.
Mirá la charla con Roberto:
Antes de dejar el gimnasio para ir hacia otro sector del penal (nos vamos acercando a la producción agropecuaria), le preguntamos a Roberto si él hace gimnasia y de qué le sirve.
“Te despegas y te sirve. Es más, yo jugué siempre al fútbol afuera en un equipo, más de 10 años. Pero el entrenamiento era otro, no había pesas. Y es algo que nunca me gustó. ¿Y acá por qué me gustó? Porque me sirvió más a la salud mental que a la física. Y ahí es donde surgió todo esto. Yo me di cuenta por mí que te hace mejor a lo mental que a lo físico. Una cosa lleva a la otra, te pones bien físicamente”.
Roberto enfatiza, mientras nos disponemos a seguir la recorrida: “Acá lo que más sirve es a la salud mental. Te limpia, te da otro pensamiento, te ayuda totalmente el ejercicio. Es más, en Liberté creemos que hay tres pilares fundamentales para la reinserción, que son el deporte, el trabajo y la educación. Entonces era algo que no podía faltar acá”.