Bichos de Campo anticipó anoche que el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, había decidido remover a la cúpula del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), integrada por Carlos Paz en la presidencia y Carlos Milicevic como vicepresidente. En su reemplazo, ya estaría decidido nombrar nuevamente allí a una mujer, la cristinista Diana Guillén, para así poder cumplir con el cupo femenino.
En una remake de un hecho sucedido en los años noventa, cuando Felipe Solá (entonces secretario de Agricultura), intentó echar un viernes al histórico presidente de Senasa, Bernardo Cané, pero éste se atrincheró en el organismo todo el fin de semana, Paz y Milicevic -que provienen de Santa Cruz- están desafiando la decisión de Domínguez y convocaron a los suyos a resistir. Esperan que el presidente Alberto Fernández (o alguien todavía más poderoso) desautorice al ministro.
“Estimadxs todos, como los rumores ya están en algunos medios quiero decirles qué hay una intención de removernos del cargo con la excusa de que el MAGYP (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca) debe cumplir con el cupo femenino en su gabinete. Personalmente no he hablado con el Ministro Domínguez, me reuniré con él el próximo lunes. Como siempre les hemos dicho nosotros entendemos la política y no estamos atornillados a un sillón. Lo que molesta en este caso son las formas, creemos que merecemos un poco de respeto. Espero que el lunes podamos transmitirles certezas y si nos toca irnos, despedirnos de ustedes como corresponde”, escribió uno de los integrantes de la supla de conducción de Senasa iniciando una cadena de Whatapp entre sus funcionarios cercanos que, obviamente, se filtró a este medio.
Pero la cosa no quedó allí. Y el otro Carlos aclaró: “Yo he hablado con el ministro y le dije q me llamaba la atención porque nuestra gestión tiene aval interno y externo. Que lo del cupo es un argumento falaz, porque somos la primer gestión que tiene varias mujeres en cargos de conducción. A partir de ahora quedan libres para expresarse de la manera que les parezca a Uds. Entendemos que la decisión esta en análisis. Tenemos como gestión el aval de de muchos dirigentes políticos. Claramente quieren dividirnos y duele la actitud de cierta gente que podría aceptar, siendo parte del grupo, y quien obtuvo los cargos por decisión de Amaya y Casamiquela. Estamos bien tranquilos de la labor realizada y veremos… Un abrazo a todxs”.
Con la referencia a Jorge Amaya y Carlos Casamiquela, ex titular del Senasa y ex ministro de Agricultura respectivamente, se alude a Diana Guillén, quien también ocupó la presidencia de Senasa entre 2013 y 2015, en el último tramo del mandato de Cristina. Todos ellos, junto a Paz y Milicevic, constituyen el grupo que comenzó con el armado de la estructura de funcionarios para el Ministerio de Agricultura tras el triunfo de Alberto Fernández. Guillén fue en ese momento elegida como jefa de Gabinete del ministerio, que quedó a cargo del formoseño Luis Basterra.
Guillen ahora es propuesta por Domínguez para volver al Senasa y de ese modo dejar a una mujer en la primera fila de conducción de las áreas del Ministerio. Hasta ahora ese cupo había sido cubierto con la ex titular del INTA, Susana Mirassou, quien fue desplazada por el ministro y será reemplazada por el tucumano Mariano Garmendia, un hombre ligado al ex gobernador Juan Manzur. En la propuesta que quiere imponer Domínguez, Guillén sería secundada por otro viejo funcionario, Rodolfo “Colorado” Acerbi.
Pero los santacruceños resisten ese argumento y así estirarán el suspenso todo el fin de semana: “Se ha hecho una excelente gestión hacia adentro y hacia afuera. Nada que objetar. Esta cuestión de género la considero una reverenda pelotudez. Hablemos con las autoridades provinciales; senadores y diputados amigos. Defendamos esta gestión”, pidió en el grupo interno de Senasa uno de los Carlos.
El argumento para resistir la “excusa” del cupo esgrimida por el nuevo ministro es que nunca antes como en este gestión hubo tantas mujeres ocupando los cargos más altos del organismo. En la contabilidad de la resistencia, que indiscutiblemente han olvidado la preeminencia histórica de la contadora Rafaela Esber, son varios los casos: Hay directoras nacionales, regionales y de laboratorio.
Las mujeres del Senasa ocupan la Dirección de Sanidad Vegetal, Wilda Ramírez; la Dirección Nacional de Sanidad Animal, Ximena Melón; la Dirección de Comercio Exterior Animal, Laura Giménez; la Dirección General de Laboratorios y Control Técnico, Ana Nicola; la Coordinación de Agricultura Familiar, Lucía González; la Unidad de Integridad y Transparencia, María Maraness; y los Centros Regionales La Pampa-San Luis, María Daniela Salazar; Metropolitana. Eugenia Lopresti: y Patagonia Sur, Marina Andreu.
Continuará…