Este sitio informativo y este periodista no escamotean las palabras: si creemos que un funcionario es chorro lo decimos sin rodeos, y a la inversa si un funcionario ha demostrado eficiencia y honradez no tenemos tampoco que ocultarlo: Este último es el caso del veterinario Sergio Robert, que este viernes presentó su renuncia al puesto de vicepresidente del Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) ante un pedido del secretario coordinador de Producción, Juan Pazo.
Lo escribimos con todas las letras: El Senasa retrocedió diez casilleros: perdió un gestor eficiente y probadamente honesto, defensor del rol del Estado y enemigo de los curros tan frecuentes en ese organismo sanitario.
“Me dirijo a usted con motivo de presentar la renuncia al cargo de vicepresidente del Senasa a partir del día de la fecha. Me ha complacido ejercer esta prestigiosa función que fuera encomendada por Usted y el Señor Presidente de la Nación y la cual asumí con profundo compromiso y convicción”, escribió Robert en su carta de renuncia, luego de que un enviado del plenipotenciario Juan Pazo le pidiera con respeto dar ese paso.
El veterinario de La Plata, con larga militancia en el radicalismo, tiene una extensa carrera dentro del Estado Nacional, cumpliendo funciones en Senasa y también en le ex ONCCA, y entre el 2016 al 2019 fue subsecretario de Calidad Agroalimentaria y de los Recursos Naturales en la provincia de Buenos Aires, durante el gobierno de Cambiemos. Se sabía un sapo de otro pozo en este gobierno libertario, al que fue convocado por el ex secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, en el momento en que éste se hizo cargo del área agropecuaria de La Libertad Avanza.
En pleno proceso electoral de 2023, el ex decano de la Fauba convocó a Robert para que presentara un proyecto para modernizar el Senasa, que gustó al ex jefe de Gabinete de Javier Milei, Nicolás Posse, pero que jamás pudo aplicarse, ya que Vilella finalmente designó en la presidencia de Senasa a Pablo Cortese, un agrónomo que había formado parte de la burocracia del organismo durante 30 años y que se resistió a aplicar cualquier tipo de modificación en la estructura de regionales. Por ese y otros motivos, los cruces entre ambos eran frecuentes.
Según pudo saber Bichos de Campo, Cortese se impuso en esta interna y seguirá en su puesto de presidente de Senasa, en tanto que Robert dejará la presidencia a manos de Néstor Osacar, que se desempeñaba ahora como Director Nacional de Sanidad Animal.
Un enfrentamiento que podría haber desencadenado la remoción de Robert es que éste se había opuesto a la designación por parte de Cortese de otro hombre de la casta del Senasa como gerente administrativo. Este cortocircuito dentro de la dupla a cargo del organismo sanitario (donde siempre conviven el área Verde con el área Roja). Pazo, el secretario coordinador, habría aprovechado para avanzar un casillero y pondría en ese estratégico lugar a una funcionaria propia. Sería María Eugenia Barbieri, funcionaria a la que Pazo ya asignó varias misiones importantes aunque proviene de la gestión anterior. Ahora manejaría ella la estratégica caja del Senasa.
Pazo, con esta intromisión en un organismo técnico, ha vuelto a mostrar no solo que maneja a su antojo la Secretaría de Agricultura y todas sus dependencias, sino también una singlar adicción a producir golpes palaciegos los viernes a la tardecita.
Ya lo había hecho con quienes secundaron a Fernando Vilella en la Secretaría, los productores Pedro Vigneau y Germán di Bella, despedidos en abril. Y con el propio titular de Bioeconomía, quien se enteró de que debía dejar el cargo a manos de un pariente político del secretario coordinador, el actual secretario Sergio Iraeta, justamente otro viernes, antes de subirse al avión que llevaba a una extensa gira por Japón y China.
Justamente de esa gira a China, de la que Vilella regresó con las manos vacías, quien pudo traer al menos un anuncio positivo fue el vice del Senasa que ahora deja el cargo: Robert obtuvo de Beijing los acuerdos para comenzar a exportar menudencias porcinas. Entre otros avances que puede mostrar en su gestión, como la posible reducción de aplicaciones de la vacuna antiaftosa, las modificaciones en ese mercado para evitar situaciones monopólicas y un eficiente manejo de la crisis de la encefalomielitis equina.
Honestidad, jeraquia y capacidad de trabajo es algo que a Sergio Robert le sobra y que este organismo nunca tuvo, siempre hubo kioscos…Sigue siendo la bonaerense