Tres años atrás indicamos en este medio que Argentina acababa de desbloquear un nuevo nivel de delirio económico al implementar una devaluación sectorial por tiempo limitado con la implementación del “Programa de Incremento Exportador”, más conocido como el “dólar soja”.
Ahora tenemos que volver a emplear el mismo término con la introducción de un régimen de suspensión temporaria de derechos de exportación con vencimiento asociado a la acumulación de divisas.
La Argentina, en lugar de intentar convertirse en un país normal como cualquiera de sus vecinos –Chile, Brasil, Paraguay o Uruguay–, sigue haciendo esfuerzos para diferenciarse por medio de políticas distorsivas que hacen inviable la posibilidad de desarrollo económico, fenómeno que requiere una base de previsibilidad mínima por parte del Estado nacional.
En primer lugar, no se trata de una medida impositiva, sino de un régimen cambiario especial que permite acceder a un incentivo tributario a cambio de adelantar el ingreso de divisas correspondientes a las operaciones de comercio exterior de productos agroindustriales.
Pero esa distorsión, que ya se había implementado en el primer tramo del año, ahora cuenta con una nueva innovación: la expiración de la medida no sólo tiene fecha cronológica de vencimiento, sino que además puede darse por finalizada cuando las registraciones de Declaraciones Juradas de Ventas Externas (DJVE) de productos agroindustriales sumen la cifra de 7000 millones de dólares.
Es decir: si bien la fecha teórica de finalización del régimen es el próximo 31 de octubre, podría terminar bastante antes en caso de que las compañías agroexportadoras registran DJVE por un monto de 7000 millones de dólares.
La medida es mucho más distorsiva que el “dólar soja” del ex ministro de Economía Sergio Massa y del “dólar Caputo” instrumentado en el primer semestre de este año porque permitirá que las compañías agroexportadoras, a cambio de adelantar divisas como si no hubiera un mañana, logren grandes beneficios que no se trasladarán en su totalidad a los productores agrícolas, quienes recibirán precios menores a los correspondientes.
Eso porque el sistema está diseñado para generar un gran efecto “puerta 12”, donde los productores tengan apenas unas pocas semanas para vender el remanente de la cosecha 2024/25 y los granos por cosechar del ciclo 2025/26, mientras que los agroexportadores tendrán varios meses para planificar los embarques.
En otras palabras: el gobierno nacional armó un “corralito” para promover un gran “hot sale” de granos a cambio de adelantar el ingreso de agrodivisas de manera masiva.
El régimen, además de promover en el corto plazo un descenso de los valores FOB de exportación –lo que implica menor ingreso de divisas para el país–, promoverá, como ya sucedió en instancias similares, una “sequía comercial” al finalizar la medida, dado que los productores congelarán ventas al esperar la implementación de un nuevo incentivo oficial.
Adicionalmente, como el régimen cambiario se está instrumentando junto con un nuevo pedido de ayuda a EE.UU. para recomponer las reservas internacionales del Banco Central (BCRA), la distorsión comercial se potenciará con una distorsión cambiaria. Es decir: los productores recibirán menos pesos de los correspondientes al vender en el mercado disponible sobre la base de precios ya recortados por la distorsión comercial promovida por el régimen de suspensión temporaria de derechos de exportación.
Por otra parte, la suspensión de derechos de exportación, al ser temporaria, provocará en lo inmediato un descalabro en las empresas elaboradoras de proteínas animales que requieren granos y balanceados como insumos, como es el caso de feedlots, tambos, avícolas y porcinos. Muy difícil trabajar con un nivel tan elevado de imprevisibilidad.
En definitiva: un auténtico “delirio” de política económica derivado del hecho de no querer enfrentar el verdadero problema presente en la economía argentina, que no es otro que la organización criminal del Estado (Javier Milei dixit) expoliando al principal sector de la economía argentina.
La esperanza, aunque no mucha, es que luego del descalabro generado por la medida los funcionarios del gobierno entiendan que un país como la Argentina no puede funcionar con derechos de exportación y decidan eliminarlos de manera definitiva. Ojalá sea el caso.
Si les suben por que les sube, si les bajan por que no es suficiente, si les bajan más tampoco es suficiente por que al del lado le sacan mas. Si les bajan a cero tampoco.
Cual es el tamaño de la chalampi correcto?
No, en serio, cero no era lo que querian, asi de una?