Eduardo Novillo Astrada, el reconocido polista que ahora es presidente de CAMINE (La Cámara de la Industria Nacional Equina), envió una carta al ministro de Agricultura, Julián Domínguez, y a las autoridades del Senasa, pidiendo explicaciones por el denominado Sistema Realidad, una iniciativa que apunta a la trazabilidad e identificación individual de todos los caballos del país y que es promovido por los frigoríficos que faenan ese tipo de animales.
Según anticipó Bichos de Campo, si prospera esa propuesta toda la tarea quedaría en manos de una Fundación o Ente Sanitario ad hoc, que a su vez utilizaría un sistema informático para recabar y clasificar la información sobre toda la población de équidos en la Argentina. Es decir que el Senasa tercerizaría la tarea, sin una licitación ni otro mecanismo de consulta pública, y sin determinar cuál sería el costo para los productores. Fuentes extraoficiales dijeron a este medio que el Sistema Realidad estaba a punto de ser homologado por las autoridades sanitarias, y de allí la reacción del resto del sector, que reclamó saber de qué se trata.
“Como cámara que integra a 17 asociaciones de deportes y cría representativas de nuestra industria solicitamos tengan a bien considerar el envío de información acerca del proceso”, reclamó Novillo Astrada. De formación hace un par de años, CAMINE agrupa a las diferentes asociaciones de criadores de las diferentes razas de caballos, ya sean deportivas o de trabajo, y “tiene el objetivo de concientizar sobre el rol de la industria equina y las actividades ecuestres en el arraigo y la generación de empleo en el interior del país y de promover políticas públicas que favorezcan el crecimiento del sector”.
Tal como informó este medio, la iniciativa para generar un sistema de trazabilidad e identificación individual de los equinos, a través de un chip de implante subcutáneo en el cuello de los animales, fue presentada en febrero pasado al ministro Domínguez y las autoridades de Senasa por los directivos de UNICA, una cámara de frigoríficos que tiene entre sus socios a las cuatro empresas que se dedican a la faena de caballos y exportan su carne por unos 50 millones de dólares anuales, especialmente hacia la Unión Europea.
La pretensión de los faenadores, que contaría con el aval de las principales autoridades del organismo sanitario, apunta a conformar un ente sanitario como la Funbapa (Barrera Patagónica) o las fundaciones de lucha contra la fiebre aftosa, que recorra los campos recopilando información sobre toda la población de caballos y les coloque un chip de fácil lectura. Esa suerte de DNI electrónico contendría toda la información sobre cada ejemplar y permitiría realizar una trazabilidad de sus movimientos y hasta de su carne, si su destino final fuera la faena. La aplicación para recopilar y organizar la información sería proporcionada por una empresa tecnológica de Concordia.
Curiosamente, en febrero pasado se realizó, por convocatoria de Domínguez, la primera reunión de la Mesa Nacional Equina, pero allí no se hizo mención de esta iniciativa. Por eso el reclamo de mayor cantidad de información a las autoridades.