La soja ya no reina como en otros tiempos. Todos los análisis dicen que esto es positivo, ya que se debe al fuerte crecimiento de las superficies implantadas con trigo o maíz. De todos modos, hay otras cosas para observar en la cadena sojera. Raúl Dente, histórico asesor de la Federación de Acopiadores, cree que también hay que poner bajo la lupa la estructura arancelaria del poroto y sus derivados, los pellets y el aceite. Propone rediscutir el diferencial cambiario que fue eliminado por el gobierno de Mauricio Macri en agostos de 2018.
“Creo que el complejo sojero tuvo un crecimiento espectacular en un tiempo. Y convengamos que también había retenciones y fuertes distorsiones en los mercados de maíz y trigo. De manera tal que cuando se recompuso esa situación, y dejaron los derechos de exportación solo para la soja, ahí hubo una recomposición de la tierra y de la siembra”, explicó Dente a Bichos de Campo.
Pero respecto de la unificación de los derechos de exportación para la industria aceitera, Dente recordó que “antes existía el diferencial arancelario, es decir, el derecho de exportación que pagaba el crushing de soja para exportación era inferior a la tasa que pagaban los granos, y esa era la forma en que la industria devolvía el supuesto beneficio por haber comprado la materia prima más barata”.
“Con esto, yo lo que digo es que, cuando se grava con derechos de exportación a los productos industrializados a una tasa inferior a la que tienen las materias primas, cuidado, porque no necesariamente eso es un subsidio de los productores a la industria”, indicó el veterano directivo de la Federación de Acopiadores.
Mirá el reportaje completo realizado a Raúl Dente:
“Al poner la misma tasa de derechos de exportación, estoy empezando a gravar con impuestos a la industria exportadora. Y un país que tiene que crecer con exportaciones, y que las mismas deben tener valor agregado, si bien los derechos de exportación son uno de los impuestos más distorsivos que hay, mucho más lo es el gravar a una industria con valor agregado”, lamentó Dente en su análisis.
En su análisis, el especialista recordó que lo que se propone al hablar de un diferencial arancelario (a su juicio también se podría aplicar mediante reintegros) “es lo que todos pregonamos cuando decimos de agregar valor en origen”.
A juicio de Dente, la eliminación del diferencial histórico d(de entre 2,5 y 3% según la etapa históricoa) fue un error del gobierno de Macri que “también afectó al desarrollo de la soja, porque le pusieron un impuesto a la industrialización de productos para la exportación y no para el consumo interno”, destacó.
Respecto de la industria aceitera, incluidos los puertos, Dente remarcó que “hicieron fuertes inversiones. Tenemos un polo que es ejemplo en el mundo y tenemos todavía algún nivel de capacidad ociosa que está alrededor del 30% al 35%, con lo cual estamos en condiciones de poder seguir aumentando la producción de soja”.
Dente se mostró esperanzado respecto del crecimiento del área sojera en el país para este año: “Si bien las decisiones de siembra ya están adoptadas, pero en base a toda la incertidumbre nueva que se ha recreado (en función del resultado electoral), podría haber un traspaso de área de siembra de maíz a soja, de modo tal que quizás este año podría aumentar marginalmente la producción de soja”, evaluó.