En la Argentina se escucha muy poco hablar de la pitaya, también conocida como la “fruta del dragón”. Exótica en nombre, forma (es similar a la bocanada de fuego de un dragón), color y sabor, esta fruta comenzó a sembrarse en 2012 de modo experimental en Formosa, a través del Centro de Validación de Tecnologías Agropecuarias (Cedeva). Luego de estas experiencias, son varios los técnicos que consideran que ya puede ser una alternativa productiva interesante de diversificación para muchos pequeños productores de las zonas subtropicales.
“Aunque es incipiente la introducción de esta fruta en la Argentina, y no hay comercialización, tiene un potencial único y una demanda que sería fuerte, ya que estas frutas exóticas siempre encuentran un mercado interesante, sobre todo en Buenos Aires”, dijo a Bichos de Campo Ricardo López, quien trabaja en el Cedeva, en lo que es extensión, producción y manejo de frutas como la banana, el mango y también la pitaya.
Hay dos tipos de pitaya, nos explicó López: “Una de cascara roja con pulpa roja, y otra de cascara roja con pulpa blanca. La más productiva es la que tiene pulpa roja, que se produce por debajo de los 800 metros sobre el nivel del mar”. Su sabor “es suave y dulce, similar al de una sandía, pero con una consistencia parecida a la de un kiwi, la cual es conferida por sus semillas”, añadió.
Se cree que la pitaya fue descubierta por primera vez en forma silvestre por los conquistadores españoles que avanzaron sobre México, Colombia, Centroamérica y las Antillas. El origen de su nombre deriva de “fruta escamosa”.
Luego, esta fruta se propagó por zonas tropicales altas, concentrándose su producción en la costa oriental de Vietnam (de hecho, es la fruta de exportación más importante de ese país). También se cosecha en el sur de Florida, el Caribe, Hawái, Asia, Australia, Malasia, Israel, y la América tropical (Colombia, Ecuador y México).
¿Y cómo es que llegó a Formosa? López contó que “aquí conviven muchos ciudadanos orientales que introdujeron frutas exóticas como la pitaya, la carambola y el litchi. Así es que intentamos difundir su cultivo y evaluar los resultados productivos en el noreste de Formosa”.
Al momento, esta fruta se produce, según López, “en cantidad y calidad, con toda la validación del paquete tecnológico. Por ende, hoy cualquier productor puede obtener plantines para propagar y obtener manejo y conocimiento. Lo que hace falta es que ese productor se interese en nuevos cultivos”.
López explicó que antes de validar tecnologías, se deben validar especies. “Una vez validado un cultivo, su manejo y sus insumos, se lo debe comenzar a promocionar. Ahí entran a jugar un rol importante los municipios, que proveen el pedido, y el Cedeva, que ejecuta la entrega de plantines y se aboca a la tarea de capacitación y manejo en los productores”, agregó el ingeniero agrónomo.
¿Y cómo hacer entonces para que este tipo de frutas encuentren nicho e interés de parte de los productores? “La clave pasa ahora por una correcta promoción, que debe ir acompañada desde el gobierno, desde el propio Cedeva, y lógicamente por el propio productor”.
“En este punto, es mucho lo que se está haciendo, y el caso más ejemplar lo da la banana en la zona. Formosa está adelantada 40 años en la producción de esta fruta. Por eso decimos que es la provincia pionera en multiplicación de banano. Entonces, ¿Por qué no lograrlo con la pitaya?”, manifestó López.
“Yo creo que no hay productores pitayeros aún en Argentina porque hay todavía un desconocimiento muy grande, pero los cimientos productivos ya están instalados. Si el productor tuviera conocimiento de estudios de mercado que deben salir desde el Gobierno, ahí se empezaría a difundir más esta fruta”, agregó el ingeniero agrónomo.
López recordó que “en Formosa se realiza, cada dos años, la feria Frutar. Allí, en 2016 presentamos oficialmente la pitaya, y la dimos a conocer como un cultivo potencialmente productivo”. Luego remarcó que están utilizando canales como YouTube, para postear tutoriales sobre manejo de frutas como, por ejemplo, mango, y que lo mismo quieren hacer con la pitaya, la carambola o el maracuyá.
El ingeniero López se especializó en Jujuy, como asesor de fincas, y de cultivos como banana y mango. Luego pasó a la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Yuto, donde trabajó en un cluster de frutos tropicales (especialmente en banana bajo invernadero, para control de daños por heladas). Allí estuvo tres años y luego recaló en el Cedeva.
El Cedeva vendría a ser la pata científica de este poryecto de innovación, del mismo modo que el Ministerio de Producción de Formosa y Paippa (Instituto Provincial de Acción Integral para el Pequeño Productor Agropecuario), brindarían el apoyo técnico y de proveeduría de insumos para los productores.
Mirá este video institucional sobre el trabajo del Cedeva:
Me interesa para plantar pitaya
La carambola y la pitaya lo cultivan hace muchos años en Perú y lo exportan..
Y también lo venden en los mercados ..