Los precios de los futuros de todos los contratos de productos del complejo sojero en el mercado estadounidense CME Group (“Chicago”) terminaron este viernes con importantes alzas a causa de la combinación de una serie de factores alcistas.
El impulso más directo provino de un informe publicado por Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA), que proyectó para este año un área de siembra de soja estadounidense de 33,7 millones de hectáreas, una cifra inferior a las 34,4 M/ha previstas por el USDA en la estimación preliminar realizada en marzo pasado.
La situación no luce bien porque EE.UU. necesita un cosechón de soja en la campaña 2023/24 para recomponer un nivel de existencias mínimo en términos históricos.
Adicionalmente, los precios del aceite de soja –insumo base del biodiésel en EE.UU.– resultaron favorecidos por una suba este viernes de los precios internacionales del petróleo, que se explica más por los recortes de oferta que por los datos provenientes de la demanda del recurso energético.
Los datos provenientes de Argentina –primer exportador mundial, en condiciones normales, de harina y aceite de soja– también actuaron como impulsores de los precios de los productos sojeros en el CME Group.
Para el próximo mes de julio las industrias aceiteras argentinas registraron hasta el momento embarques por apenas 619.150 y 86.701 toneladas de harina y aceite de soja, respectivamente, cuando en 2022 esas cifras para ese mismo mes habían sido de 2,23 millones de toneladas y 433.627 toneladas, según datos oficiales publicados por la Secretaría de Agricultura.
El maíz estadounidense, en cambio, recibió un doble golpe bajista que hizo que las noticias alcistas provenientes del Mar Negro terminarán licuándose en la nada.
El USDA indicó que el área de siembra prevista del cereal en EE.UU. sería este año de 38,1 millones de hectáreas, una cifra muy por encima de las 37,2 M/ha estimadas en marzo último por el mismo organismo.
Para colmo, los pronósticos de la agencia meteorológica de EE.UU. (NOAA) anuncian para la siguiente semana un ciclo de lluvias muy abundantes que podrían contribuir a revertir los déficits hídricos que afectan a la mayor parte del área sembrada con maíz en el Medio Oeste.
En otro orden, el gobierno ruso volvió a amenazar con interrumpir el acuerdo por medio del cual se habilitan los embarques agroindustriales ucranianos por puertos del Mar Negro. “No veo qué argumentos tienen aquellos a quiénes les gustaría continuar con la iniciativa del Mar Negro, porque hace tiempo que se ha vuelto un acuerdo que beneficia exclusivamente al sector agrícola ucraniano”, dijo hoy el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, según indica la agencia oficial rusa Tass.
El pasado 18 de mayo comenzó a regir una nueva extensión del “corredor granario”, el cual expira a mediados de julio y está condicionado a una serie de exigencias realizadas por el gobierno ruso a Naciones Unidas. Las principales de tales demandas –que no fueron cumplidas aún– son el restablecimiento de la admisión de barcos rusos en puertos extranjeros de naciones aliadas a la OTAN, la eliminación de las barreras implementadas que impiden la venta de equipos y tecnologías agrícolas a Rusia por parte de grandes corporaciones occidentales y la reconexión del Banco Agrícola Ruso (Rosselkhozbank) al sistema interbancario SWIFT para facilitar el cobro de las exportaciones agroindustriales.
Esa noticia es la que está detrás del alza que registraron las posiciones más cercanas de los futuros del trigo Kansas en el CME Group, aunque ese impulso no tuvo mayor repercusión en los valores del maíz, que finalizaron la jornada con importantes bajas intradiarias.