El informe publicado este jueves por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) promovió un impulso alcista a las cotizaciones de los futuros de granos gruesos del CME Group (“Chicago”).
El USDA redujo la estimación de la cosecha estadounidense de maíz de 384,4 millones de toneladas el mes pasado ahora a 382,6 millones, lo que implicó también bajar la proyección de oferta exportable y stock final del ciclo 2023/24.
En lo que respecta a soja, también bajó la cifra esperada de cosecha de 112,8 a 111,7 millones de toneladas y redujo asimismo la oferta exportable prevista de poroto a 47,7 millones versus 54,2 y 58,5 millones en las dos campañas previas.
El ajuste de oferta en EE.UU. llega en un momento complejo porque la situación climática en Sudamérica, que a esta altura se preveía meses atrás que estaría normalizada, sigue bastante complicada.
Parte de las regiones productivas del Cerrado y del noreste brasileño permanecen en déficit hídrico, al tiempo que el sur del país está siendo azotado por excesos hídricos y temporales severos.
No es casual que el ministro de Agricultura de Brasil, Carlos Fávaro, esta semana haya solicitado una partida adicional de 500 millones de reales para reforzar el presupuesto anual destinado a subsidiar las primas de seguros agropecuarios.
En la Argentina el déficit hídrico que está liquidando a buena parte de la cosecha esperada de cereales de invierno impidió la siembra de maíz temprano en las zonas afectadas por una sequía que viene de arrastre del año pasado.
Adicionalmente, el descalabro económico presente en el país sudamericano, con un gobierno que no provee divisas a los importadores de insumos para evitar un agravamiento de la crisis cambiaria, pueden terminar conspirando contra el nivel tecnológico de los cultivos de soja y maíz por implantar en las próximas semanas.