Desde hace décadas, el corazón productivo del NOA, con Salta como uno de sus motores más potentes, viene arrastrando una pesada mochila: la distancia. La distancia a los grandes centros de consumo, la distancia a los puertos, la distancia al mundo. Todo lo que se produce en estos campos fértiles debe recorrer cientos de kilómetros para llegar a Rosario, y desde allí, recién al exterior.
Cada tonelada de maíz o de poroto de soja que se mueve desde el norte al centro del país arrastra consigo no solo granos, sino un sobrecosto que licúa márgenes y desanima sueños exportadores.
Pero algo podría estar cambiando. Y no precisamente dentro del país, sino más allá de la cordillera. En Perú, a orillas del Pacífico, se inauguró recientemente un puerto que podría trastocar el mapa logístico regional. Se llama Chancay. Y es, según los especialistas, un “mega puerto robotizado” que abre una puerta nueva, y mucho más directa al mercado asiático.
Leandro Caram, licenciado en Comercio Internacional y especialista en logística, lo explica así: “El puerto Chancay es un mega puerto robotizado, justamente en Chancay, en la zona de Perú. A 300 kilómetros del Puerto del Callao, que era el mayor puerto de Perú. Ahora, con la llegada del puerto Chancay, lo está devastando. Quedó chiquitito”.
Robotizado, automático, con capacidad de operar sin operarios humanos —“un robot carga el contenedor al buque”—, este nuevo nodo logístico es gestionado por la naviera china Cosco Shipping Lines. Y lo que hasta hace poco era un dato más del comercio internacional asiático, ahora toma una dimensión concreta para los productores del norte argentino: Cosco ya tiene acuerdos logísticos para operar contenedores desde Salta.
“En el caso de importaciones, tenés 23 días de transit time, que es tiempo de tránsito, de un buque desde Shanghái, China, hasta Chancay, Perú”, detalló Caram a Bichos de Campo en una entrevista realizada en Las Lajitas, corazón productivo de Salta. “Habitualmente tenemos 60 días de China a Buenos Aires, y es una locura”, comparó. Y agregó: “Si un productor necesita un fertilizante crítico para seguir con su producción, conviene traerlo a Chancay con 23 días de tránsito que 60 días a Puerto de Buenos Aires”.
Pero lo más revolucionario no está del lado de las importaciones, sino de las exportaciones.
“Este maíz iría en contenedor desde Salta, con la naviera Cosco, directo a Chile, a ser cargado en Antofagasta o Iquique, y de Antofagasta o Iquique sube en un buque feeder —es un buque alimentador— que sube directamente hasta Puerto Chancay en Perú. Ese tiempo de tránsito es una semana aproximadamente. Es decir que a China están llegando en 30 días este maíz que tenemos al lado”, explicó Caram, señalando uno de los lotes de la zona este de Salta.
Sí, maíz cosechado en Salta, embarcado por el Pacífico, en un buque sin escalas intermedias, arribando al mercado chino en solo 30 días. Un sueño que empieza a perfilarse como real.
Mirá la entrevista completa con Leandro Caram:
Y no solo se trata de tiempos. También se trata de costos. “El beneficio para el productor es que tiene un 50% de reducción de costo logístico”, aseguró Caram. “En Chile tenés aproximadamente un gasto en terminal portuaria de 250 dólares, que a comparación de Buenos Aires tenés 600 dólares por contenedor. Eso es 50% reducción de costo”, subrayó. Y agregó: “O sea que este maíz va a llegar a un menor precio en China o Asia o el puerto donde es de destino”.
La implicancia es clara: menor costo, mayor competitividad. Pero también algo más profundo. El NOA puede comenzar a pensarse como una región productiva con salida directa al mundo, sin la intermediación histórica de los puertos del centro del país. “El sueño de exportar directamente del NOA hacia China o hacia el mundo, sin depender de los puertos de la zona central, está cada vez más cerca y es cada vez más viable”, sentenció el especialista.
En Salta los productores entonan una nueva zamba: “Lo mucho que se invierte, lo poco que se ve”
El otro eje, no menor, es la ubicación estratégica. “Nosotros nos encontramos en un punto estratégico en el corredor bioceánico, es decir, para conectar el Océano Atlántico desde Brasil hasta el Océano Pacífico en Chile y Perú”, explicó Caram. “Los operadores de comercio exterior van a poder dejar, en el caso de importaciones, sus vacíos en Salta y, en el caso de exportaciones, tomarlo y cargarlo y mandarlo directamente a Chile para salir por Shanghái”.
Menor tránsito, menor aire transportado —“que habitualmente de transportar aire sale un chiste de 2100 dólares desde Buenos Aires hasta Salta”—, mayor eficiencia. Todo parece alinearse para una nueva etapa exportadora del norte argentino, según este entusiasta experto de la zona.