El Gobierno nacional oficializó la reducción de los derechos de exportación para el complejo sojero a partir de octubre hasta fin de año. El único objetivo de este enchastre difícil de comprender en las alícuotas de retenciones que recaen sobre los productores es tentar a quienes todavía conservan algo de soja en su poder a que la vendan, como manera indirecta de acelerar el proceso de liquidación de divisas de los agroexportadores.
La formalización de los anuncios del jueves pasado se realizó a través del decreto 790/2020 publicado este lunes en el Boletín Oficial, que precisó que en el caso del poroto de soja, las retenciones bajarán tres puntos porcentuales del 33% actual al 30%, pero solo durante octubre. Luego ese tributo comenzará a subir nuevamente, para volver a los mismos 33% en enero próximo.
El dato importante de esta resolución chinesca es el nivel en que quedan los subproductos de la soja, no durante este último trimestre del 2020 sino a partir del primer mes de 2021. Es que en los hechos, tras esta negociación entre las autoridades de Economía y las empresas de Ciara-CEC, regresó el “diferencial histórico” de retenciones que beneficia con una alícuota menor los productos derivados de la soja.
Ese diferencial será de 2 puntos en el caso del aceite y la harina de soja, y de 4 puntos en el caso del biodiesel. Es decir, desde enero el poroto de soja seguirá tributando el 33% (es el descuento que se le realiza al productor de soja), pero sus dos grandes derivados tributarán 31% (es lo que pagarán de retenciones las grandes aceiteras por sus embarques de subproductos). Por el biocombustible, en tanto, los exportadores deberán pagar 29% al Fisco.
Este diferencia, que es considerado una transferencia de recursos desde el sector primario a la industria del crushing, vienen desde los años 90, cuando no existían incluso los derechos de exportación. En los últimos años había sido de 3 puntos porcentuales. En agosto de 2018, el gobierno de Mauricio Macri la eliminó, provocando quejas muy fuertes desde el principal sector exportador del país, que ahora recupera el beneficio parcialmente.
Es esquema volverá a quedar quieto en enero. Hasta entonces, hay un aquelarre de bajas y subas que buscan impulsar las ventas de granos de soja en manos de los productores, estimada en torno a los 16,8 millones de toneladas, en base a cálculos que se pueden realizar con datos del Ministerio de Agricultura.
También pretende acelerar la liquidación de exportaciones por parte de las empresas exportadoras agroindustriales, que en el acumulado en lo que va del año presentan una merma de casi el 13% respecto a los primeros 9 meses del año al totalizar US$ 15.133,768 millones.