Oscar Rojas tiene su campo en Las Breñas, al sudoeste de Chaco, una de las zonas que se vio más complicada por las últimas lluvias, los vientos y las pedradas. “Nos pasó el agua por arriba. No podemos cosechar el girasol ni tampoco sembrar la soja y el maíz. En girasol me falta cosechar el 80% y el grano está brotando, pudriéndose en la torta”, relató.
Para entender el impacto que la inundación tendrá sobre su pequeña empresa, Rojas contó que “esta campaña invertí 2,5 millones de pesos, sembrando 250 hectáreas a razón de una inversión de 10.000 pesos por hectárea”. Muchos de los insumos los obtuvo mediante plan canje, es decir que debía pagarlos al momento de la cosecha. Es decir, esta campaña solo cosechará una enorme deuda.
Pero advierte que el suyo no es el peor caso: “El que compró con cheque también está complicado doblemente, por un lado con el banco y además porque no puede pagar sus insumos”, comparó.
Escuchá lo que nos decía Oscar Rojas:
Respecto de las declaraciones del presidente Mauricio Macri, quien dijo que “tendremos que acostumbrarnos a inundaciones en diferentes zonas del país”, Rojas comentó: “Más allá de que dijo que habría nuevas obras, no hay forma de paliar al productor, porque paliar significa endeudarse más. Los créditos, al igual que los insumos, debemos pagarlos”.
Rojas recordó que similares destrozos en su producción padeció el año pasado, pero debido a la sequía y no a las inundaciones. “Quedamos endeudados por subsistir. Nos vuelven a prestar, pero después tenés dos pagos pendientes a realizar. Los paliativos que te dan apenas te alcanzan para subsistir. Y así después ponemos la cara pidiendo que nos refinancien, pero pagando más intereses y así perdemos campañas enteras”, lamentó el productor.
Como muchos productores chaqueños, Rojas hizo su mayor apuesta al girasol. Pero con el resto de los cultivos no las pasó mejor. “De lo poco de algodón y soja que se hizo, está casi todo bajo agua y probablemente se pueda salvar un 20%, y del maíz no hay noticias. No hay piso porque los campos están llenos de agua y tampoco tenemos caminos”, comentó.
Rojas denunció que las pocas obras hídricas que se habían iniciado en la zona no estaban en buenas condiciones, y que tampoco se hizo una correcta limpieza de los canales. “Las obras hechas estaban descuidadas; hay canales que se hicieron montes y hoy se avanza lentamente para restaurarlos. El agua se desparrama por los campos en lugar de escurrirse y eso nos complica. Si muchos canales hubieran estado limpios, mucha agua no se hubiera expandido por los campos”, aseguró.