Los fabricantes internacionales de maquinaria agrícola, nucleados en AFAT, alertaron que en el agro argentina se vive un proceso de “preocupante retraso tecnológico” debido a que los productores no tienen la capacidad económica de renovar a tiempos sus equipamientos. De todos modos, este sector parece desaconsejar la posible habilitación de maquinaria usada, y recomiendo al gobierno de Javier Milei bajar la presión fiscal y dotar de mayor competitividad a los chacareros.
Los datos expuestos por las grandes marcas de maquinaria son elocuentes. “El 2024 fue un año de bajo volumen de patentamientos, y ya el 2023 había estado por debajo del 2022. En 2024 se patentaron 616 cosechadoras, 5.244 tractores y 655 pulverizadoras; mientas que en 2023 fueron 595 cosechadoras, 5.888 tractores y 552 pulverizadoras”.
¿Y qué significa esto?
Para los industriales de AFAT en un año de “ventas razonable” donde quede saldada la necesidad de “renovación tecnológica”, deberían venderse de 7.000 a 8.000 tractores; de 1.000 a 1.200 cosechadoras; y de 800 a 900 pulverizadoras.
Entonces, queda claro que “estamos aún más por debajo de las necesidades de inversión que tiene el campo. Esto implica sostener un parque de maquinaria excesivamente antiguo, con un 70/80% de tractores con más de 15 años, o 70/80% de cosechadoras con más de 10 años”.
“Renovar ese parque e incorporarle toda la tecnología disponible hoy en el mercado es una necesidad para un país cuyos ingresos de divisas dependen en un 60-70% del sector agroindustrial”, señaló AFAT en un comunicado. La Asociación es integrada por las fábricas Agrale, Massey Ferguson, Challenger, Valtra, CASE IH, New Holland, Claas, FPT, Jacto, John Deere y Stara.
Para este sector las razones para que los productores argentinos no renueven sus herramientas como necesitarían son varias. “La más general, y que nos afectó a todos, fue la falta de estabilidad política-económica que restó previsibilidad y continúa dificultando la proyección de inversiones”, apuntó.
Pero sumó luego “la compleja, elevada y distorsiva presión impositiva que penaliza la fabricación e importación y, al mismo tiempo, desalientan la concreción de inversiones en el país”.
Según esta mirada, la producción local en puerta de fábrica y sin IVA, tiene en promedio una carga impositiva del 32%, siendo un tercio impuestos distorsivos. Al importar materiales e insumos destinados a los procesos productivos locales, los fabricantes deben tributar 21% de IVA, más una percepción de IVA equivalente al 20% (producto de la RG AFIP 5339/23) junto a la percepción de ganancias (6%).
“En tal sentido, podemos afirmar que en total un 47% del valor importado de materiales e insumos productivos corresponde a obligaciones tributarias”, dicen los socios de AFAT, que evidentemente reclaman una baja de impuestos antes de que el gobierno de MIlei avance en otra alternativa que está dando vueltas: habilitar la importación de maquinaria usada.
“En lo que respecta a nuestro mercado en particular, si se cumplen las estimaciones de producción y hay financiamiento acorde, en AFAT creemos que este 2025 podríamos pensar en un mercado similar al de 2024, o con un 10% más de cosechadoras y pulverizadoras y de cantidades similares a las del 2023 en tractores. Asimismo, estimamos que la baja de retenciones podría apuntalar una pequeña mejora sobre estas expectativas”, se evaluó.
En la Argentina, las compañías socias de AFAT cuentan con 12 plantas industriales y con una red de distribución de alrededor de 500 puntos de venta en todo el país. Generan unos 16.700 empleos, entre directos, indirectos y red de distribución. En 2024 representaron el 82% de los patentamientos de tractores; 97% de las cosechadoras, 100% de las picadoras de forraje, y 48% de pulverizadoras.
Más renuevan e invierten en fierros los arrendatarios, más ” presos’ quedan de los propietarios.
No es ” por ahí”
El negocio agrícola debe ser reconvertido. Hay q mandar a los dueños de tierras a arriesgar ellos en la producción así tengan q contratar todas las labores a terceros.
La mochila del arrendamiento en los costos y eso de q cualquier gaucho sin tierra se meta a jugar a la ruleta sembrando tierra ajena NO VA MAS
Resulta q el propietario q puede presentar sólida garantía para conseguir financiación, ya no invierte y no produce.