El complejo de enfermedades conocido como “achaparramiento del maíz” liquidó en muchas regiones argentinas los rendimientos del maíz tardío 2023/24. Sin embargo, el cultivo de siembra temprana resultó bastante afectado por otra plaga que no tuvo tanta prensa
Se trata de Helicoverpa zea (isoca de la espiga), que mostró en la última campaña –como había comenzado a observarse en 2022/23– cambios en la susceptibilidad de control con daños en espiga en localidades tanto del norte como de la región central del país.
“Mientras que en el NOA hemos llevado a detectar sitios con hasta un 50% de daño en espiga por Helicoverpa, en la zona central los rangos variaron entre 10% y 40%, dependiendo del híbrido”, señaló Lucas Cazado, coordinador del Proyecto Plagas.
Evaluaciones realizadas en la campaña 2023/24 por la región CREA Santa Fe Centro en la localidad de San Martín de Las Escobas evidenciaron una elevada proporción de híbridos con la tecnología MIR 162 que mostraron elevados niveles de daños.
Es decir: la población de isocas de la espiga resistentes al evento MIR 162 –presente en Viptera 3, Leptra, Power Core Ultra, VT4 PRO y Trecepta– viene creciendo de manera significativa y todo indica que el problema podría expandirse en la próxima campaña.
“Se trata de una plaga que, además de recortar rendimientos, genera problemas en la calidad del grano; es necesario estar muy atentos ante el avance de este problema”, resaltó Cazado en un artículo publicado por Contenidos CREA.
Por otra parte, los relevamientos realizados en 2023/24 por el Proyecto Plagas detectaron que en la mayor parte de las zonas agrícolas el evento MIR 162 en el cultivo de siembras tardías funcionó de manera adecuada para el manejo de Spodoptera frugiperda en etapas vegetativas del cultivo
“Es importante no perder de vista que la situación de cogollero en la campaña 2023/24 fue importante porque se evidenciaron altas presiones de la plaga, especialmente en el NOA, NEA y centro-norte de Santa Fe”, remarcó Cazado.
En lo que respecta a Diatrea saccharalis, en la campaña 2023/24 se detectaron daños en etapas reproductivas del cultivo de maíz tardío en refugios localizados en la zona núcleo pampeana, Entre Ríos y este de Buenos Aires, pero la efectividad de control de los materiales Bt resultó siempre exitosa.
“Resulta fundamental continuar insistiendo en la realización adecuada de refugios para preservar la posibilidad de seguir empleando una tecnología que es muy efectiva para controlar plagas”, explicó Cazado.
La tecnología Bt de protección contra plagas permite producir de manera sostenible, pero requiere ser cuidada por medio del establecimiento de “refugios” que ocupen al menos un 20% y un 10% del área sembrada con soja y maíz respectivamente.
El propósito del “refugio”, integrado por plantas no-Bt, es precisamente generar adultos susceptibles que se puedan cruzar con los resistentes eventualmente presentes en el lote de maíz Bt, de manera tal que no se produzca el “quiebre” de la tecnología. Si bien se trata de una práctica agronómica que puede llegar a generar algunas dificultades operativas, la alternativa de no hacerlo y que las plagas se hagan resistentes a las proteínas Bt, representaría regresar a los problemáticos manejos realizados veinticinco años atrás.
En lo que respecta a soja, en la campaña 2023/24 DAT CREA registró a nivel nacional un nivel de adopción de la tecnología Bt del 66% (similar al del ciclo anterior, que fue del 67%).
En la última campaña los ataques de orugas medidoras (Rachiplusia nu) afectaron en diferentes regiones productivas al cultivo de soja con el evento Bt que contiene la proteína Cry 1Ac (Intacta), mientras que aquellas que tienen además la proteína Cry1F (Conkesta) resultaron afectados pero con menos intensidad y en menor proporción.
“Estamos observando que los individuos adaptados a la proteína Cry 1Ac son más voraces, lo que les permite generar un daño importante con bajos niveles poblacionales; además, se han tornado más resistentes a las piretrinas”, apuntó el técnico.
“De todas maneras, existen insecticidas probados que resultan efectivos contra la plaga si se aplican de manera adecuada; muchas empresas ya tienen presupuestadas pulverizaciones en 2024/25 para controlar Rachiplusia”, añadió.
Desde el año 2018 CREA y la Asociación Semilleros Argentinos (ASA) llevan adelante el Proyecto Plagas con el propósito de analizar el uso de buenas prácticas orientadas a la preservación de las tecnologías Bt en maíz, soja y algodón. En las últimas siete campañas el Proyecto Plagas capacitó a más de 80 técnicos de la red CREA para realizar un reconocimiento de plagas exhaustivo, además de elaborar protocolos de monitoreo para maíz, soja y algodón.
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