Al momento de comercializar granos en el mercado disponible una herramienta útil para elegir qué vender es la comparación del valor FAS teórico versus el precio ofrecido en el mercado.
“Cuando la diferencia entre el FAS teórico y el precio ofrecido es positiva, eso significa que están pagando un premio, mientras que la situación contraria es una quita”, comentó Diego Aguilera, coasesor del CREA San Manuel (región Mar y Sierras), durante una jornada agrícola en formato virtual organizada por la región CREA Sudoeste.
El FAS teórico, publicado diariamente por la Subsecretaría de Mercados de la Nación, es un valor de referencia que se calcula en función del precio de exportación FOB menos gastos comerciales y logísticos de la operación de comercio exterior.
Cuando los exportadores necesitan originar mercadería por alguna razón puntual –completar un barco, por ejemplo–, tienden a mejorar los precios ofrecidos para intentar tentar a la oferta. Como contrapartida, cuando no están urgidos por adquirir granos, los valores ofrecidos reflejan la tendencia inversa.
“En el mercado disponible actualmente los mayores premios se observan en maíz y, en segunda instancia, en soja y girasol, mientras que en el trigo cámara con destino a exportación se registran quitas”, explicó Aguilera en un artículo publicado en Contenidos CREA.
De todas maneras, el asesor explicó que en trigo existen oportunidades comerciales para aquellos que tengan partidas de cereal con buena calidad panadera, las cuales pueden ser comercializadas a un valor superior en el sector molinero.
“Esta información es útil para ordenar las ventas de los granos necesarias para afrontar compromisos financieros que tengamos en el corto plazo; hoy en día, en plena cosecha de maíz tardío, se están consiguiendo con facilidad cupos de maíz con descarga y 2-3 puntos libres de humedad con valores superiores al FAS teórico”, señaló.
“El girasol también registró un repunte en las últimas jornadas y se trata también de una oportunidad, especialmente en un momento en el cual suelen comenzar a aparecer problemas con el grano almacenado en silobolsas”, agregó.
El indicador también puede emplearse con los precios futuros de acuerdo a las referencias de los valores negociados en el Matba Rofex, aunque en este caso existe un horizonte de tiempo adicional para poder gestionar decisiones de venta.
Otro indicador clave para gestionar la comercialización agrícola es el análisis de la evolución histórica de la estacionalidad, el cual suele reflejar la situación de oferta y demanda relativa de cada grano en los diferentes momentos del año.
“Es interesante observar la estacionalidad para advertir que en cebada, en el promedio de los últimos ocho años, los mayores precios se registraron durante el período de cosecha y eventualmente hacia mediados de año con la aparición de algún buque puntual buscando mercadería”, remarcó el asesor CREA.
Sin embargo, en trigo la situación es inversa, dado que los menores precios –considerando el promedio histórico de los últimos ocho años– se registran durante la época de cosecha y los máximos suelen aparecer en los meses de abril/mayo (por lo general a partir de compras realizados por molinos brasileños) o bien en octubre/noviembre (antes del inicio de la nueva cosecha del cereal).
“La estacionalidad es importante para poder planificar ventas futuras en el disponible más allá de las estrategias de cobertura que se hayan instrumentos en los mercados a término”, resumió Diego.