Si hubiese un premio al lobby agroindustrial argentino, seguramente sería para el sector vitivinícola, que acaba de ser excluido del programa oficial de precios máximos.
La Secretaría de Comercio Interior, por medio de la resolución 118/2021, dispuso suspender hasta el próximo 31 de marzo la incorporación de miel, vinos y espumantes del régimen de “precios cuidados”, lo que implica que, al menos en los próximos dos meses, las bodegas podrán ahora vender todos los productos al precio que consideren conveniente sin interferencia del gobierno nacional.
En los fundamentos de la resolución 118/2021 se indica que corresponde quitar del programa “un conjunto de bienes que por sus características y finalidad no forman parte de los productos que tienen relevancia en la satisfacción de las necesidades básicas de los consumidores y usuarios”.
Bodegas de Argentina venía solicitando a los funcionarios de Comercio Interior que por favor liberasen al sector del programa de precios máximos porque el progresivo aumento de costos tornaba inviable a la actividad con valores mayoristas congelados. Y sus ruegos tuvieron éxito.
Pero no es el caso de los molinos y las industrias lácteas, dos sectores que vienen golpeadísimos por el hecho de tener que financiar con recursos propios al programa de “precios cuidados” y que, si bien también vienen suplicando que se los libere del mismo, el gobierno no demuestra mayor interés en ayudarlos.
No es el primer éxito de la industria vitivinícola: el año pasado fue la única actividad agroindustrial que logró obtener una recomposición de los reintegros a las exportaciones por parte del gobierno de Alberto Fernández.
Por medio del decreto 789/2020, en octubre pasado se estableció un reintegro del 7,0% para las ventas externas de vino fraccionado y espumantes, lo que representó un aumento del 100% respecto del nivel previo de 3,25%.
En el caso del vino a granel, el mismo pasó de 3,0% también al 7,0%, mientras que para el jugo de uva y el mosto el beneficio fue aún mayor dado que pasó de 2,5% a 7,0%.