Si la producción de soja y de maíz atraviesan un contexto financiero complicado, siendo los cultivos que tienen más defensa comercial, ¿Qué queda para las economías regionales del norte argentino, alejadas de los puertos? Es el caso de las producción de legumbres que ven un horizonte negro por delante, en medio de la baja de precios a nivel internacional y el crecimiento de la producción nacional, lo que deprime aún más los valores.
“Esta campaña la arrancamos con muy pocas expectativas. Al no ser negocio rentable el maíz o la soja, lógicamente los productores buscan otras alternativas y guardan el poroto para defenderse de malos precios. Al no cotizar en bolsa los productores lo pueden ´timbear´, comentó a Bichos de Campo Natalio Iglesias, vicepresidente de la Asociación de Productores de Legumbres del NOA, y se preguntó: “¿Quién lo puede guardar? Sólo aquellos que tienen gran espalda, que en cada pueblo no son más de 3 o 4”.
“Los restantes productores, que representan el 90%, terminan fundiéndose. Aparte, ser productor agropecuario implica muchas cosas, y la producción de porotos en el norte argentino conlleva además, un factor cultural que se transmite por generaciones”, agregó Iglesias.
Y por más contradictorio que parezca, encima este año, se espera un aumento del 33% de la superficie implantada con porotos en la Argentina, en comparación al año pasado, lo que implica unas 100 mil toneladas más, y esto, para Iglesias significa “vender por debajo de los costos, lo que nos deja totalmente en el horno”.
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Entonces, ¿Hay que interpretar que es una mala noticia el crecimiento productivo de un producto agropecuario como el poroto? “Así es. Es raro, y lo que nos agrava es que no tenemos ayuda del Estado en materia tecnológica. El INTA está totalmente alejado de lo que significa modernizar la producción de legumbres en el aspecto de semillas. Hoy trabajamos con semillas que traen genes de hace muchos años y que tienen un límite de producción bastante acotado, mientras que nosotros les damos valor a esos porotos, porque los preparamos en bolsas fraccionados, y los vendemos afuera”, explicó Iglesias.
El promedio de producción de porotos es “de aproximadamente 1.000 kilos. Hoy tenemos un costo de 410 dólares por tonelada en campo arrendado, y de 360 a 380 dólares por tonelada en campo propio; si a este escenario de costos le sumamos el 9% a pagar de retenciones, nos deja muy al límite”, contó el vicepresidente de la Asociación. Esa es la explicación de porqué el crecimiento del área en porotos genera más oferta, pero deprime los precios y complica más el panorama.
Ver: Natalio Iglesias: “el objetivo es triplicar el consumo de legumbres”
Como solución a esta problemática, Iglesias manifestó que “necesitamos un precio sostén en donde se contemple el costo de producción que tenemos por kilo de porotos”, y pidió “más políticas para promover su consumo en el país”, ya que “a duras penas se consumen de 300 a 500 gramos anuales por persona”.
Salta es la principal provincia de la Argentina productora de porotos negros y de color, con una superficie aproximada de 320 mil hectáreas destinadas a la siembra de legumbres, seguida de Tucumán, que destina otras 11 mil hectáreas.