“La bajante del Río Paraná representaría un costo cercano a los 315 millones de dólares en seis meses para el complejo agroindustrial exportador y los productores agropecuarios argentinos”.
Así comienza un extenso y puntilloso informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que analiza este fenómeno histórico -la bajante del río Paraná- y realiza una estimación de su impacto sobre la logística exportadora a través de la Hidrovía, últimamente tan discutida por la reciente decisión del gobierno de estatizar las tareas de dragado y balizamiento por esa vía. Justamente, el dragado se realiza para asegurar la navegabilidad del río, aún es estos tiempos tan críticos de falta de cauce.
Se sigue profundizando la bajante del río Paraná y proyectan un mes de julio “especialmente crítico”
Los analistas de la BCR estimaron que “en el semestre que va desde el 1° de marzo hasta el 31 de agosto del 2021 la extraordinaria bajante del Río Paraná, principal vía de salida de los productos del complejo agroindustrial argentino, generaría pérdidas a la cadena de valor granaria argentina del orden de los 315 millones de dólares, aproximadamente”.
Para tener un punto de comparación, esos 315 millones equivalen al 1% de los aproximadamente 31.000 millones de dólares, que es el total de las exportaciones agrícolas proyectadas este año de altísimos precios internacionales.
La Bolsa rosarina explicó que los mayores costos surgen de acumular el daño en varios rubros.
- Por un lado hay un incremento en los costos relacionados a la necesidad de ajustar el volumen de carga en determinados tipos de buques en el Gran Rosario por la bajante, lo cual implica que un grupo de artefactos navales tengan que salir con menor tonelaje (en forma definitiva) a sus puertos de destino y tener que hacer frente al denominado “falso flete”.
- Por otro lado hay mayores costos ante la necesidad en ciertos buques de completar su carga en otros puertos argentinos distintos al Gran Rosario, como los de Bahía Blanca o Quequén, donde el precio de los granos termina siendo mayor por los problemas logísticos y mayores costos de transporte terrestre.
- también suben los costos de transporte y logísticos relacionados al menor tonelaje que puede cargarse en los trenes de barcazas que bajan por los ríos Paraná y Paraguay al Gran Rosario desde Paraguay, Bolivia y puertos locales. “Nos referimos a mercadería de origen extranjero que trasborda en el Gran Rosario, a poroto de soja que importa temporariamente nuestro país y granos argentinos que llegan desde puertos de cabotaje de Chaco y Entre Ríos”, se explicó.
- Se suman las pérdidas que sufre el complejo agroindustrial local por menores precios de exportación que percibe Argentina, tanto en harina como aceite de soja, por los problemas logísticos y de transporte que trae como consecuencia la bajante del Río Paraná. En ese sentido, se remarcó que “existe un castigo en el precio de estos productos argentinos” en relación a otros orígenes, como el brasilero.
- Los analistas añadieron los costos adicionales en la actividad industrial del complejo oleaginoso del Gran Rosario, como producto de la ralentización del ritmo de embarques. Esto genera además otros inconvenientes, como la saturación de almacenajes y demoras en el ritmo de la molienda
“Hemos sido lo suficientemente prudentes en los cálculos realizados a fin de no sobrevalorar las pérdidas del evento”, aclararon los economistas de la BCR, al sumar los ítems y registrar un sobrecosto de 315 millones de dólares.
El informe cita al especialista en clima José Luis Aiello, que observa “con gran preocupación” el clima extremadamente seco en las regiones que vierten sus aguas en la Hidrovía Paraná-Paraguay y Tiete-Paraná. “Las perspectivas para los meses venideros es que el Río Paraná en su tramo fluviomarítimo podría alcanzar el nivel más bajo en décadas”, se avisó.
Aiello explicó que las regiones -especialmente el sur brasileño- transitan por un “Período Seco”, que recién se revertiría a partir de fines de septiembre.
Igual, es chiste, a no preocuparse. Las dragas del Estado ya están alistándose para recuperar los niveles de navegabilidad necesarios para no sentir ninguna bajante.