Durante la última semana en Bichos de Campo venimos retratando la explosión que tuvo el agro brasileño en los últimos 40 años. Durante este período el país vecino comenzó una migración de su matriz productiva, dado que abandonó el lugar de importador de alimentos, para pasar a ser uno de los grandes exportadores a nivel global.
En pleno 2022 se recuerda la chispa que encendió este cambio, donde los diferentes actores del sector productivo del Brasil señalan a la investigación, a las políticas públicas y al entusiasmo de los productores como artífices de ese despegue. Y parte de ese entusiasmo está explicado en el rol que tiene el movimiento cooperativista, quizá respondiendo la pregunta del título de esta nota en el volumen que representa tal sector.
De acuerdo a lo que cuenta a este medio Márcio Lopes De Freitas, el presidente de la OCB (Organización de Cooperativas Brasileñas), el cooperativismo representa el 50% del origen agrícola, con más de un millón de cooperados, de un total de 5 millones de agricultores estimados en todo el país.
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De acuerdo al análisis de De Freitas, esa evolución del cooperativismo fue fundamental para apuntalar el crecimiento productivo y exportador de Brasil, y viceversa: “Hoy por hoy tenemos cerca de 1.200 cooperativas de productores agropecuarios brasileños en todos los estados. Si sumamos todos los cooperados, debemos hablar de entre 1 millón y 1 millón 100 mil cooperados en estas cooperativas. Esos agricultores, hasta por los resultados de las propias cooperativas y de la evolución que el modelo de negocio cooperativo trae, son muy expresivos en la producción. Actualmente, somos responsables de por lo menos el 50% de la origen agrícola brasileña. Puedo asegurarle que en el área de granos y fibras, nosotros somos responsables por 53% del origen, y si sumamos el promedio, solo sumando los blancos, de leche y algodón estamos por arriba del 50% de origen de los productos agrícolas”.
De esos números que arroja el dirigente cooperativista, se entiende la evolución que tuvieron los productores en este despegar productivo de Brasil, dado que la complejización lleva a la exportación: “Nosotros contamos con diversos niveles de desarrollo. Las cooperativas surgieron en un primer instante solo como un organizador de la producción, y un distribuidor directo en el mercado, y con el tiempo, esas cooperativas evolucionaron sus modelos de negocio. La idea básica es disminuir la distancia entre quien produce y quien consume. Por eso las cooperativas fueron evolucionando a medida que el mercado así lo exigía. Primero esa organización buscaba ser más eficiente, con asistencia técnica y tecnología, y segundo, en almacenamiento. Después, comercialización. Luego, industrialización y procesamiento, y proceso de agregado de valor, hasta llegar al punto actual en que las cooperativas están elevando toda la etapa del proceso, saliendo de la tecnología de producción antes del portón, (tranqueras adentro) y llegando al producto final terminado. Nosotros tenemos cooperativas que tienen productos finales, comidas prontas disponibles en redes de supermercados y distribuidores y que algunas, inclusive, tienen sus propias redes de distribución”.
De acuerdo a Márcio, es un proceso que fue evolucionando durante los últimos 120 años, que es más o menos la historia del cooperativismo agropecuario brasileño. Mucho y rápidamente. “Para darle algunos ejemplos, hay una cooperativa en Santa Catarina, Central Oeste Catarinense, conocida como Aurora, que es una cooperativa que surgió de productores de maíz, soja y trigo. Fue cambiando, se fue alterando. El perfil agrario de esos agricultores fue transformándose, y pasaron a ser una cooperativa que fomentó la producción de la transformación de la proteína vegetal en proteína animal, no migraron para aves sino para porcinos, para lácteos. Dejaron de ser autosuficientes en el abastecimiento de los propios granos, y esa necesidad pasó a ser el importador de granos de otras regiones, pero se aprovecharon de los procesos de producción de proteína, y la cooperativa se organizó para crecer en la cadena: montó mataderos, frigoríficos, transformación en la industria de la carne de procesados, industria de lácteos, y hoy en día es una distribuidora global con, básicamente, 70% de producción para atender al mercado interno, y 30% dirigido a la exportación, siendo extremadamente competitiva en el mercado global”.
De acá surge un concepto central del ejemplo que expone Márcio: “Ese es un proceso de evolución aún en desarrollo, buscando tener marcas propias en el exterior. No ser más vendedores de commodities en el exterior”.
De Freitas explica también la idiosincrasia del cooperativista brasileño, y porqué puede ser mejor que una gran compañía: “Las cooperativas cuentan con una experiencia que ninguna otra empresa multinacional tiene, que es la organización de base y la confianza del productor. La cooperativa tiene un diferencial enorme y ese diferencial acaba impulsando una ventaja comparativa. El productor tiene una participación más directa. El productor es dueño, es socio. Y eso facilita para que la cooperativa impulse sus negocios y tenga una reciprocidad mayor”.
Todo esto lleva al dirigente a contar su origen, su vida dedicada al movimiento cooperativista. La suya y la de sus antepasados: “Tengo mucho orgullo de eso. Mi abuelo fue un líder cooperativista, fue presidente de una cooperativa de productores de leche. Mi papá fue de la misma cooperativa por muchos años. Unos años después, mi hermano más chico fue presidente también de esa misma cooperativa que existe hasta hoy. Mi actividad me llevó al cooperativismo por otro camino. Era una cooperativa de productores de leche, ya que mi familia tradicionalmente producía leche, pero yo me dediqué mucho más a la actividad agrícola y a la producción de café, y me asocié a una cooperativa de productores de café. Fui fundador de esa cooperativa, y me dediqué mucho a ella como gerente. Más tarde, como director y como presidente. Yo creo en ese modelo. Nací creyendo en el modelo de negocios de cooperativas. Como modelo de mi negocio personal. Veo a la cooperativa como una extensión de mi propiedad rural, de mi negocio. La cooperativa no es una empresa a más, es parte de mi actividad agropecuaria”.