Los administradores de fondos de inversión agrícolas que operan en el mercado estadounidense CME Group siguen aumentando las “apuestas” alcistas en maíz.
El martes de esta semana –según los últimos datos publicados este viernes por la Commodity Futures Trading Commission– los administradores de fondos de inversión agrícolas acumulaban una posición neta de 321.241 contratos de maíz del CME Group (futuros + opciones) versus 312.745 y 298.546 una y dos semanas antes. Las operaciones se difunden con algunos días de retraso para evitar que tal información impacte en las cotizaciones de granos.
Entre las hipótesis alcistas que pueden estar detrás de las decisiones del gestores de fondos agrícolas se incluye seguramente la incertidumbre presente en la Argentina, país que, según las proyecciones del USDA, debería ser el tercer exportador en importancia en el ciclo comercial 2022/23 (por detrás de EE.UU. y Brasil).
El primer obstáculo presente en la Argentina es climático. Una extensa sequía está complicando las siembras de maíz temprano en vastas zonas del país, lo que podría comprometer la oferta del cereal en abril/mayo de 2023.
Las primeras lluvias “salvadoras” que se esperaban para esta semana “esquivaron” a muchas zonas agrícolas clave necesitadas de agua de manera urgente. Pero la cuestión es que está lloviendo en estas hora en la región pampeana y los pronósticos indican probabilidad de precipitaciones continuadas hasta el próximo lunes. El martes o miércoles podrá saberse si los acumulados recibidos resultaron suficientes para recomponer la situación dramática presente en vastas áreas agrícolas argentinas.
Otro dato preocupante es que el organismo brasileño Conab señaló esta semana que no prevé una oferta abundante de maíz temprano en esa nación sudamericana porque la mayor parte de los empresarios agrícolas apostaron por el cultivo de segunda siembra.
Por otra parte, el país que, según el USDA, debería ser el cuarto exportador mundial de maíz en el ciclo comercial 2022/23, Ucrania, depende de la buena voluntad del gobierno ruso para poder realizar embarques del cereal a cuentagotas, algo que es tan incierto como el desenlace de la guerra entre ambas naciones.
En ese contexto, donde EE.UU. va camino a levantar una cosecha de maíz bastante inferior a la proyectada inicialmente y está atravesando una sequía que liquidó buena parte de las reservas forrajeras de las regiones ganaderas, los importadores están más que interesados en originar maíz en EE.UU. para asegurarse la mercadería.
Esas tensiones se reflejan claramente en los valores de exportación de maíz estadounidense (FOB Golfo de México), los cuales, en plena cosecha del cereal, se encuentran más de 45 u$s/tonelada arriba del maíz brasileño FOB Paranaguá.
En tanto, en lo que respecta a contratos de soja, los inversores especulativos también mantienen posiciones “compradas”, aunque en mucha menor proporción que en el maíz, lo que significa que tienen en promedio mayores reservas con respecto al potencial alcista de la oleaginosa en el CME Group.
Las posiciones netas surgen de la diferencia entre las posiciones compradas (“long”, que fijan un precio techo y por ende apuestan a un mercado alcista) y las posiciones vendidas (“short”, que fijan un precio piso y por lo tanto apuestan a un mercado bajista.
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— Emma (@agwithemma) November 7, 2022
Foto @agwithemma