En septiembre de 2021 generó un gran revuelo la noticia, difundida por Embrapa (el equivalente al INTA en Brasil), de un productor brasileño que había logrado cosechar un récord de 9630 kg/ha de trigo en la zona no tradicional del Cerrado.
No fueron pocos los brasileños que se entusiasmaron al considerar que, si ese ejemplo se replicaba, el país podía volverse más pronto que tarde autosuficiente en trigo (un producto que importa históricamente, en su mayor parte de la Argentina).
Sin embargo, el caso en cuestión, que empleó un cultivar desarrollado por Embrapa (BRS 264) adaptado al Cerrado brasileño, correspondió a un lote bajo riego que recibió un paquete tecnológico de avanzada y que, por lo tanto, no es tan fácil de generalizar a nivel masivo.
Pero Marcos Montes Cordeiro, ministro de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, está convencido de que el país logrará en algún momento una producción de trigo equivalente a su consumo interno.
El ministro, en una entrevista exclusiva concedida a Bichos de Campo, comentó que Embrapa está desarrollando genética en trigo adaptada a las características ambientales de la región del Cerrado brasileño, que es la mayor productora de soja del país con el estado de Mato Grosso a la cabeza.
“Brasil seguirá avanzando en esa línea y yo espero, y el presidente (Jair) Bolsonaro ha destinado recursos (públicos) para eso, que entre dos y cuatro años seamos autosuficientes en trigo”, afirmó.
Sin embargo, Eduardo Sampaio Marques, jefe de la Asesoría Especial de Asuntos Estratégicos del Ministerio de Agricultura de Brasil –que acompañó, junto a otros funcionarios, al ministro en la entrevista– consideró que el plazo para lograr el autoabastecimiento de trigo podría ser bastante mayor.
“Estamos incentivando y asistiendo a los productores del centro-oeste brasileño, la zona del Cerrado, para que siembren trigo, donde todo indica que el cultivo debe ser producido como segunda cosecha (sembrado luego de la soja recolectada en los meses de enero y febrero)”, explicó Sampaio Marques.
Cuando se lo consultó sobre el trigo tolerante a restricciones hídricas desarrollado por Bioceres, el funcionario señaló que un cereal con tales características “sería extremadamente beneficioso para el sistema productivo del Cerrado”.
“Si el trigo transgénico (HB4) resulta ser más tolerante a la sequía y es aprobado por nuestro órgano regulatorio (CTNBio), dado que aún no fue aprobado, podría en ese caso ser más competitivo en la región centro-oeste de Brasil, porque contribuiría a aumentar la velocidad de crecimiento de la producción brasileña del cereal”, proyectó.
La razón de eso es que las etapas críticas del ciclo de crecimiento del trigo de segunda en el Cerrado brasileño coincide con la fase seca estacional, un fenómeno que, en condiciones de secano, atenta de manera directa contra la viabilidad agronómica y económica del cultivo en la zona.
En septiembre de 2021 la Comisión Nacional de Bioseguridad de Brasil (CNTBio) aprobó la comercialización en ese país de la harina elaborada con trigo HB4, pero la habilitación del cereal para siembra y comercialización aún está pendiente.