La brecha entre los precios de los contratos futuros de maíz temprano argentino respecto de los valores de maíz tardío quizás sea demasiado corta para la escasa área de siembra que se prevé del primero en función de las restricciones hídricas presentes en gran parte del país.
Más allá de las restricciones de humedad presentes, también está el hecho de que el período crítico de formación de rendimientos del maíz temprano se registra en el mes de enero y para esa fecha estará vigente –según anticipan los principales centros climáticos internacionales– una fase ENSO Niña que promueve precipitaciones menores a las normales en la zona central argentina.
Sin embargo, el diferencial de precios entre el contrato Maíz Rosario Abril 2023 (temprano) del Matba Rofex respecto del Maíz Julio 2023 (tardío) es apenas del orden del 15%.
Buena parte de la “pachorra” presente en el mercado argentino de maíz se explica por la intervención realizada por el gobierno nacional, que en mayo pasado habilitó de manera temprana un cupo de exportación de 10 millones de toneladas de maíz 2022/23 con el propósito de recaudar retenciones anticipadas.
Cuando a fines de septiembre pasado se completó el margen de seguridad de 9,0 millones de toneladas del cupo habilitado –el millón restante sólo podrá solicitarse cuando se inicie la cosecha en marzo próximo–, se interrumpieron las registraciones de nuevos embarques.
El problema es que, tal como sucedió con el trigo, los exportadores declararon exportaciones hasta completar el cupo libre, pagaron las correspondientes retenciones anticipadas y luego comenzaron a originar mercadería para “empalmar” compras con ventas externas del cereal.
Pero llegó la sequía, la cual, junto con la inestabilidad financiera y geopolítica que planchó los valores internacionales del maíz, hizo que los productores pusieran el freno en la venta de maíz 2022/23 hasta que aclare un poco el panorama.
La cuestión es que, según el último dato oficial correspondiente al pasado 19 de octubre, los exportadores apenas pudieron comprar 5,45 millones de toneladas de maíz 2022/23. Es decir: tienen que “remarla” mucho para poder alcanzar el volumen comercial comprometido.
Una situación similar se presentó con el mercado de trigo y ahora funcionarios del gobierno están evaluando cómo resolver ese “descalce” provocado por un Estado angurriento de recursos del sector privado.
Por ese motivo, los exportadores no tiene apuro por originar maíz 2022/23 hasta tanto no se evidencia cuál será el mecanismo empleado por el gobierno nacional para resolver el desajuste presente en el mercado de trigo 2022/23.