El conflicto ruso-ucraniano sigue generando alzas impresionantes en todos los commodities agroindustriales, minerales y energéticos porque ambas naciones son dos actores centrales en el mercado de petróleo, gas, aceites vegetales y cereales, entre otros bienes básicos.
Pero hoy viernes los valores de los contratos futuros de maíz en el mercado estadounidense CME Group terminaron con alzas muy moderadas –especialmente las posiciones más cercanas–, mientras que las cotizaciones del aceite de soja cayeron con fuerza y terminaron afectando los valores del poroto. ¿Qué pasó?
La explicación reside en un artículo publicado ayer por la agencia de noticias Reuters, el cual –citando fuentes oficiales anónimas– asegura que el gobierno de Joe Biden está evaluando intervenir el mercado estadounidense de biocombustibles con el propósito de evitar que los valores de la soja y el maíz siguen creciendo.
Lo que se está evaluando concretamente, según el artículo, es retirar o recortar los mandatos obligatorios de mezcla de bioetanol (elaborado fundamentalmente con maíz) y biodiésel (producido en su mayor parte con aceite de soja) por medio de la flexibilización de los RINs.
Los RINs (Renewable Identification Number) son una suerte de “crédito” que la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA por sus siglas en inglés) origina por cada tonelada de biocombustible elaborada o importada por EE.UU. Los mismos son empleados por las compañías petroleras para demostrar que cumplieron con el mandato oficial de corte de biodiesel o etanol con combustibles provenientes de fuentes fósiles.
La noticia, si bien no está confirmada, generó una ola de ventas de contratos de maíz, aceite y poroto de soja, al tiempo que los valores de los futuros de trigo siguieron –durante una jornada más– su marcha alcistas hacia la estratósfera.
No sería la primera vez que la gestión de Biden interviene el sector de biocombustibles. A fines del año pasado EPA presentó una propuesta que insólitamente recortaba de manera retroactiva el uso obligatorio de biocombustibles para el año 2020, de manera tal de ajustar el volumen de RINs.
Al rebajar la propuesta para biocombustibles correspondiente al año 2020, también ajustó el mandato de uso asignado a los períodos 2021 y 2022, los cuales habrían sido mayores en caso de no “toquetear” el número determinado para el año 2020.