Desde 1997 existe una ley –la 14.467 que ratifica el decreto 1114/91– que obliga a los dueños de maquinaria, tanto agrícola como vial e industrial, a registrarla al igual que se hace con los autos y las motocicletas. Desde 1997, la mandataria del automotor Gabriela Piñeyro, es una de las pocas gestoras que se especializó en la registración de maquinaria. Podrían ser muchos más, pero ese trámite pocas veces se realiza.
“Nuestro trabajo, desde que se emite el certificado de importación de la máquina hasta que se registra, incluye muchos pasos, y realmente somos un puñado los que nos dedicamos a la registración. Si bien desde 1997 hay una ley que obliga a hacer esta inscripción, no hay controles que exijan que eso se cumpla en la maquinaria. La respuesta siempre es ‘no pasa nada’, y no pasa nada hasta que pasa”, contó a Bichos de Campo Gabriela Piñeyro.
Su llegada a este mundo de papeleo fue casi de casualidad. Luego de tener a su hija en 1992 y dejar su trabajo formal, comenzó a ayudar a su padre en el negocio de compra y venta de autos. Para facilitar sus tareas decidió tramitar su matrícula en la Dirección Nacional de los Registros Nacionales de la Propiedad del Automotor (DNRPA).
Fue en 1997, tras la aprobación del decreto mencionado, que un importador de niveladoras la contactó por problemas para obtener los certificados de importación. “Me metí de lleno a estudiar este tema porque para mí era nuevo. Me fui a la Dirección Nacional, a donde se emitían los certificados, empecé a investigar y me apasioné. Se fue corriendo la voz entre los importadores, sumé clientes y el negocio creció. Cuando logré sustentarme con eso solté a los autos y me metí de lleno en la maquinaria”, recordó Piñeyro.
El trabajo de esta gestora podría definirse como el “chequeo del DNI de una máquina” y comienza luego de que el despachante de aduana la ha clasificado. Recordemos que una buena porción de la maquinaria que adquiere el sector rural es de origen importado, especialmnete en los rubros de cosechadoras y tractores.
“A mí me dan toda la información de la máquina: marca, modelo, peso, número de motor, de chasis, entre otros datos. Ahí debo fijarme si ella ya fue dada de alta en la DNRPA, específicamente en el sector que se dedica a los certificados de importación. Si la máquina no fue ingresada debo darle el alta, conseguir el folleto con todos sus requerimientos técnicos y recibir un código para preparar una declaración jurada completa”, detalló la gestora.
Pero el trabajo no se limita a los papeles. Luego de la elaboración de ese informe, un perito de aduana debe constatar que los datos allí vertidos coincidan con la máquina en cuestión.
“Lo que debe suceder es que el despacho, lo que vio el perito y la declaración que yo subo digitalmente tienen que coincidir absolutamente. Una coma, un punto que falte o que sobre es motivo de observación”, afirmó Piñeyro.
El trabajo culmina con la emisión de un certificado que todo dueño de una máquina debería tener, aunque en la mayoría de los casos no sucede.
“Este trámite se debería hacer ni bien se compra la maquina, al igual que se hace con un auto. No debería ni ser cuestionado. (El comprador) la debería sacar patentada de una concesionaria, con titulo, cedula y chapa. Y tenés todo por ganar porque la diferencia con un auto es que no paga patente. Implica un único gasto hasta que la transfieras, que sí implica un gasto de transferencia. Pero los aranceles de las maquinarias son ridículamente baratos”, explicó la gestora.
-¿Por qué las maquinas no pagan patente todos los años?- le preguntamos.
-Porque alguien de la Dirección Nacional lo decidió así, porque ARBA no lo ve. No sé por qué no salen a controlar y a exigir la documentación. No sé por qué no pagan patente ni por qué los aranceles son tan irrisorios comparados con los precios de las maquinas. Te doy un ejemplo. Para patentar un auto tenés que pagar un porcentaje de la factura por su valor. En el caso de una maquina, para aquellas que cuestan entre 8 y 9 millones de pesos, con 30.000 pesos se patentan. Agarrá un auto de entre 8 y 9 millones de pesos y mínimo son 150.000 pesos para inscribirlo.
-¿Qué ocurre si los papeles no están?
-La maquinaria no es de nadie. Pero nadie lo tiene en cuenta hasta que no pasa algo que ocasiona un perjuicio económico. Si la máquina se prende fuego, el seguro no lo va a pagar porque lo primero que te va a pedir es el título de la maquina. El seguro te va a cobrar todos los años pero al momento del siniestro te va a pedir la documentación. Si no la tenés, no te cubren.
-Ahí ya entra en juego otra polémica y es que un seguro pacte con vos un servicio sin pedirte los papeles de la máquina.
-Claro. Pero no lo hace y mientras tanto el seguro cobra el servicio. Te doy otro ejemplo. Me llamo hace unos días el dueño de una maquina de las que trabajan en altura. La estaba transportando en un camión, la policía paró el camión y como no tenía papeles se lo llevaron a un depósito fiscal junto con la maquina. Esta persona me preguntó qué hacer y le dije que lleve la titularidad para recuperar la maquina del depósito. Me responde que no la tenía patentada. En ese caso olvidate de volverla a tener.
-¿No existe entonces ningún tipo de fiscalización que evite que esto ocurra?
-Hay personal de la Dirección Nacional que va a las concesionarias a ver cómo funcionan. Yo desde que estoy haciendo este trabajo hubo dos auditorías a las concesionarias de maquinaria. Desde 1997 hasta ahora solo dos. ¿Cómo puede ser que se hayan hecho solo dos veces desde ese entonces? Lamentablemente no tengo la respuesta.
-¿Cuál es el problema que detectás? ¿Falta información, concientización o es a propósito?
-Para mí falta concientización. Pero en este país la verdad es que muchas cosas se hacen para no pagar las consecuencias. A esta altura, por desgracia, no creo que la gente te deje cruzar la calle porque es buena sino porque si te pisa van a la cárcel. Eso llevado a lo laboral, a lo registral y a tener que gastar dinero, hasta que no se genere un problema no lo harán. Y como nadie desde el Estado pone presión, parece que no pasa nada. Son pocos los que hacen las cosas prolijas. La falta de información es hasta ahí. Yo laburo en Buenos Aires y la información está. En un pueblo del interior te lo puedo entender pero acá no la creo. Y yo ya estoy cansada de usar argumentos que inciten a patentar y que me miren con cara de “no pasa nada”.
-¿Qué papeles no puede no tener el dueño de la maquinaria en la “guantera”? ¿Qué no puede faltar?
-El título, la cédula y la chapa de la máquina. Tiene que estar el título habilitante y los documentos que indiquen que es de él. Es una forma de respaldarse por cualquier cosa que pase.
-¿Se pide un seguro contra terceros como en el caso de los autos? ¿O no existen esos requerimientos?
-No, no está obligada por ley como en el caso de los autos. Pero semejante inversión obviamente amerita un seguro.
-¿Los papeles cambian si la maquina es fabricada en el país?
-Es más o menos lo mismo, con la diferencia que en vez del certificado de importación va a tener uno de nacionalización. Y eso te lo da la fábrica o la concesionaria. Lo emiten ellos mismos. Luego el resto del procedimiento es el mismo. La tenés que registrar.