Esta es una historia que lleva más de siete años, pero que en este 2025 tiene sus tramos más intensos en la complicada Lácteos Verónica.
A mediados de septiembre pasado, en medio de incumplimientos de la empresa a sus trabajadores, la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) accedió a realizar negociaciones en el ámbito de la Provincia de Santa Fe y ya no a nivel nacional. Con las tres plantas industriales en ese territorio y con demoras salariales que había empezado en abril, la empresa había perdido por completo la provisión de materia prima necesaria para su funcionamiento. Pero entonces se resolvía emparchar y tratar de seguir.
Hubo acuerdo en Lácteos Verónica y, aunque con desconfianza, se retomaría la actividad
El abogado del gremio, Alberto Coronel, junto con los secretarios generales de las seccionales de Atilra, encabezados por Domingo Posetto de Rafaela, sellaban entonces un acuerdo de pagos semanales de las deudas salariales, que se fueron cancelando cada lunes con dos pagos de 700 mil pesos y luego de un millón, esquema que debía sostenerse hasta el 8 de enero, cuando vencía este acuerdo pactado entre las partes.
Con deudas a tamberos que permanecen en un limbo y que han generado diferentes organizaciones para su reclamo, lo cierto es que la firma no pudo mostrar nunca una reacción concreta a su crisis ni llegar a soluciones que puedan dar indicios hacia adelante. Solo trascendió una visita de sus dueños a la planta de Clason con responsables de Adecoagro, para encontrar alguna opción de negocio hace un mes.
Como en una escena de película, la familia Espiñeira, dueña de la láctea, sólo pudo aferrarse a una tablita de madera para llegar a enero, siendo ese sustento los contratos de fasón con terceros. De ahí surge únicamente el ingreso para pagar salarios, sin ningún tipo de rentabilidad y con el uso de la oportunidad de una primavera con más leche.
Es en la planta de Verónica en Lehmann donde está la clave de la constancia, con el secado de materia prima para Saputo y Punta del Agua, mientras que en Clason y Suardi, sólo las oportunidades puntuales las activaron, por ser donde se produce el resto de la línea que siempre circuló Verónica en góndolas y heladeras.
Pero los problemas crecen y el tiempo apremia. Y los trabajadores se angustian. Desde este martes, por eso, se inició en la planta de Clason una retención de tareas, que se extendió desde la madrugada de este miércoles a la madrugada en Lehmann y Suardi. Se reclama un faltante de pago de 250 a 290 mil pesos por empleado, del millón que debía entregarse el pasado lunes.

Según cuentan algunos empleados, el propio delegado Domingo Posetto trató de evitar la medida el martes por la tarde en una reunión que tuvieron en la cocina de la planta de Lehmann. Sin embargo, sigue siendo la gente la que define los reclamos, está decidida a defender su puesto de trabajo y necesita respuestas reales y concretas.
En este contexto, la retención de tareas de manera total es la única forma que tienen de exponer una crisis que no deja de crecer y que se multiplica en importancia con la llegada de las fiestas y un aguinaldo que se aleja de la posibilidad de pago.
A este marco de crisis se agrega que, tal como había adelantado Bichos de Campo y que molestó a los responsables de la organización gremial, se hizo el festejo por la elección de nuevos delegados de la planta de la zona de Totoras, encuentro que se terminó corriendo al 4 de diciembre y trajo consecuencias impensadas.
Con el ingreso ocasional de 40 mil litros de leche que debía ser envasada en Tetra Pak con marca Verónica, ocurrió que en esa jornada no había personal para la recepción y descarga, proceso que se hizo horas después y que terminó acidificando la materia prima, pudiendo recuperar sólo una parte de la carga para derivarla a la producción de queso parrillero.
Esa situación de vaciamiento de la planta terminó generando una reunión bastante ríspida entre el propio Alejandro Espiñeira y los responsables gremiales, que quizá hayan comprendido así que no hay nada que celebrar cuando hay 700 puestos de trabajo en peligro.
En medio de un nuevo paro, Lácteos Verónica sigue muy complicada y las alternativas de solución no están a la vista.




