En la presente campaña las partidas de soja provenientes de la zona núcleo pampeana registraron por noveno año consecutivo un nivel proteico inferior al mínimo óptimo del 38% requerido por la industria aceitera.
El promedio de proteína de la campaña de soja 2020/21 de soja de primera fue de 36,2%, según datos preliminares obtenidos por el equipo de técnicos del Laboratorio de Calidad Industrial y Valor Agregado de Cereales y Oleaginosas de INTA Marcos Juárez.
La última vez que el promedio de proteína relevado por el INTA Marcos Juárez se ubicó por encima del 37% fue en la campaña 2015/16, mientras que la última vez que se registró una media mayor al 38% fue en 2011/12.
En la presente campaña 2020/21 se analizaron 139 muestras de soja de primera y de segunda provenientes del sudoeste y sur de Santa Fe, sudeste, sudoeste y noreste de Córdoba y norte de la provincia de Buenos Aires (buena parte de la denominada zona núcleo pampeana argentina).
El tenor proteico promedio sobre sustancia seca (sss) de las muestras de soja de primera fue de 36,1, mientras que el del cultivo de segunda fue prácticamente similar (36,2%).
Un estudio publicado en 2019 por investigadores argentinos determinó que la elección del cultivar constituye la opción de manejo más importante para generar cultivos de soja con alto tenor proteico. Tal evidencia parece confirmada por el hecho de que la caída del tenor proteico observada por el INTA Marcos Juárez se registró con situaciones divergentes en lo que respecta a rendimientos logrados en las últimas campañas agrícolas.
En junio de 2013, frente a la caída del tenor proteico en soja, la industria aceitera modificó la base de comercialización para la harina de soja de origen argentino: pasó de 47,0% a 46,5% con una tolerancia de recibo de 45,5% (anteriormente de 46,0%). Los precios FOB del producto –por supuesto– se readecuaron.
A partir de 2016 se habilitó el ingreso de soja proveniente de Paraguay, que cuenta con un mayor nivel proteico, en el marco del régimen de importación temporal con el propósito de mejorar la calidad de la harina argentina de soja.