En la campaña 2020/21 Argentina perdió un estimado de 575 millones de dólares a causa de la persistente caída en la calidad proteica de la harina de soja, que es, recordemos, el principal producto de exportación del país.
“Estos menores ingresos por la baja de proteína terminan siendo afrontados por todos los integrantes de la cadena: fábricas aceiteras, productores agropecuarios, corredores, acopiadores y otros agentes de la comercialización local”, indicó un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En junio de 2013, frente a la caída del tenor proteico en soja, la industria aceitera modificó la base de comercialización para la harina de soja de origen argentino: pasó de 47,0% a 46,5% con una tolerancia de recibo de 45,5% (anteriormente de 46,0%). Los precios FOB del producto –por supuesto– se readecuaron a la baja.
Pero además de contar con un producto de menos valor respecto a otros orígenes –como es el caso de la harina de soja brasileña–, la industria oleaginosa argentina debe incurrir en mayores costos energéticos para elevar el tenor proteico de la harina de soja mediante un proceso adicional de secado, lo que conlleva, a su vez, a una pérdida de rendimiento del producto obtenido.
Adicionalmente, el bajo tenor proteico de la soja argentina obliga a emplear un volumen importante de divisas para solucionar parcialmente el problema. “En la práctica, la industria importa más de cinco millones de toneladas de soja paraguaya para mezclar con la soja argentina, la cual contiene un mayor contenido proteico y permite exportar harina con un contenido de humedad mucho menor o agregar las gomas a la harina de soja obtenida por extracción”, explicó la BCR.
Un estudio publicado en 2019 por investigadores argentinos determinó que la elección del cultivar constituye la opción de manejo más importante para generar cultivos de soja con alto tenor proteico.
El promedio de proteína de la campaña de soja 2020/21 de soja de primera fue de 36,2%, según datos preliminares obtenidos por el equipo de técnicos del Laboratorio de Calidad Industrial y Valor Agregado de Cereales y Oleaginosas de INTA Marcos Juárez.
La última vez que el promedio de proteína relevado por el INTA Marcos Juárez se ubicó por encima del 37% fue en la campaña 2015/16, mientras que la última vez que se registró una media mayor al 38% fue en 2011/12.