El año fue decididamente malo, debido a la histórica sequía, también para la producción de legumbres. A las fuertes pérdidas de los cultivos en la región centro (arveja o garbanzo) se están sumando ahora fuertes recortes en la cosecha de porotos en el norte del país. El premio consuelo es que la Argentina podría exportar lo que logre levantar a buenos precios.
La situación se evaluó en la tradicional jornada de legumbres en Salta, donde se revisó la condición de los cultivos en las diferentes zonas productivas. “Estamos en un año climático que complica a las legumbres. Son años inciertos en los cuales se desconoce el rendimiento final de los lotes”, explicó Jorge Vidal, el presidente de la Cámara de Legumbres, la entidad anfitriona.
En años normales, en la Argentina se producen unas 700.000 toneladas de legumbres, entre todas las especies, y el 90% de la producción se exporta”. Pero esta vez será difícil cumplir con todos los compromisos. “Estamos en un mundo competitivo y Argentina es reconocida globalmente por la calidad de la mercadería y por su compromiso y cumplimiento de los contratos”, dijo el referente, manteniendo la ilusión para la nueva campaña.
La Clera espera recuperar una senda de crecimiento si se regulariza el régimen de lluvias en las diferentes zonas productivas. “Las legumbres vienen creciendo en todo el país, en las diferentes provincias, con un potencial muy importante de crecimiento, exportándose a más de 60 países. Este mercado puede seguir creciendo a partir de que confluyan las condiciones climáticas y económicas para favorecer este crecimiento”, expresó Vidal.
Pero mientras tanto transcurre la campaña 2022/23 y ya conocido el fiasco en la región sur, ahora el norte no ofrece mucho mejores condiciones. Lucas Paterlini, asesor privado en estos cultivos, explicó que Salta, en la zona mayormente de poroto blanco, hubo mucha sequía desde el inicio de la siembra, desde enero en adelante, y actualmente se está cosechando, con un 50% de avance o menos.
Además de la escasez de lluvias, también las altas temperaturas implicaron un retraso en la fecha de siembra. En los primeros estadios del cultivo se registraron temperaturas altas extremas, lo que significará una caída del rendimiento promedio de la zona productiva. Por ahora, los promedios de rinde vienen por debajo de los históricos para la época.
En este contexto de caída de la oferta la Argentina podría aprovechar muy poco del contexto internacional favorable. Para empezar de garbanzos y arvejas, que son legumbres de invierno, “hay muy poco stock remanente en el mercado para comercializar debido a que la producción de la campaña anterior fue muy mala”.
Por estas semanas el mayor interés apunta entonces al cultivo de poroto, por la zona y también porque está avanzando la cosecha. En este sentido se pronosticó que Argentina -en todos las variedades de poroto- tendrá una campaña regular, con rindes de entre 900 a 1100 kilos/ha.
Según la Clera, en este contexto “Argentina podrá colocar su producción a precios relativamente buenos en el mercado internacional”, pero “para algunos casos de porotos (blanco) no hay arrastre de campañas, con un mercado muy vacío de oferta, lo que puede ayudar a convalidar los precios”.
Los legumbreros quieren revancha para el año próximo. Evaluaron en su reunión que “los mercados de legumbres de acá a 5 años tienen una gran perspectiva, sobre todo porque hay buena capacidad productiva, conocimiento, productores experimentados y las características nutricionales de las legumbres son destacadas en un mundo más consciente de la alimentación”.
“Por ello este sector va por el camino correcto y hay muchas expectativas con la apertura de nuevos mercados”, cerró el balance.