Con un estimado de cosecha actual del 50% de lo que se debería levantar en cultivos de verano, y un escenario similar para lo que dejó la pasada campaña de invierno, el Estado aumenta la renta que extrae del sector agrícola. En marzo la participación estatal fue de 79,1%, en promedio.
Esto datos surgen de un nuevo informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentin (FADA). En el mismo, se da cuenta que sólo para soja, la participación es del 94,1%, en trigo llega al 78,7%, en maíz 62,4% y para el girasol es de 58,3% de lo que se genera.
Este porcentaje total del sector agrícola se ubica entre los más altos históricos, encontrando valores similares en 2015, pero sin contemplar la feroz sequía que reduce la producción agrícola de nuestro país en al menos un 50%, los productores descapitalizados y viendo como los pisos de rendimiento caen día a día.
Sobre esto, David Miazzo, economista jefe de FADA aseguró: “La fuerte caída en la producción debido a la intensa sequía que se registró en Argentina generó que la participación del Estado a través de los impuestos aumente. Esto se da porque el impuesto con mayor peso es el derecho de exportación que, al actuar sobre el precio bruto, no reconoce caídas en la rentabilidad. Así, a medida que empeora la sequía, aumenta la participación de los impuestos sobre la renta”.
Al explicar lo que ocurre con el cultivo de soja, los impuestos se llevarán casi la totalidad de la escueta renta que genere el cultivo esta campaña. “¿Cómo sacamos este cálculo? Consideramos que la renta es el valor de la producción menos todos los costos que enfrenta. Esa renta se distribuye entre los impuestos, el resultado de la producción y la renta de la tierra. Si lo aplicamos a alguien que alquila la tierra, o sea, que le representa un costo, en un año donde la producción genera pérdidas el Estado se lleva más del 100% de la renta”, agrega el economista.
Del total recaudado por hectárea en promedio, el 76,4% son impuestos nacionales no coparticipables, es decir, que quedan en el Estado Nacional. 16,3% son coparticipables, o sea que una porción regresa a las provincias que lo produjeron. 6,2% corresponden a tributos provinciales y 1,1% municipales.
“En momentos como éste resaltan dos grandes problemas del sistema impositivo”, advierte Nicolle Pisani Claro, economista de FADA. “Por un lado, el federalismo fiscal, ya que con una caída tan profunda de los rindes, desaparece un impuesto coparticipable como el impuesto a las ganancias y persisten impuestos que no se coparticipan como los derechos de exportación y el impuesto a los créditos y débitos. Por otro lado, el problema de no contar con una cuenta tributaria única y que los saldos de los distintos impuestos queden estancos y retenidos en AFIP generando un costo para los productores”, detalla la especialista.
Si miramos lo que ocurre en cada una de las provincias, mientras el índice FADA nacional es de 79,1%, Córdoba registra un 81,7%, Buenos Aires 75,6%, Santa Fe 77,5%, La Pampa 78,8%, Entre Ríos 86,7% y San Luis 77,5%. “Resalta que en el caso de soja 3 de las 6 provincias tienen un índice superior a 90% y las 3 restantes superior al 100%”.
Empero, desde la fundación económica se animaron a explicar algo que nadie entiende del todo, como el dólar soja. Sobre esta medida, llamada oficialmente Programa de Incremento Exportador, los analistas cuentan que en los últimos dos años y medio hubo una mejora sustancial de precios internacionales, primero impulsada por la política monetaria de Estados Unidos y los principales bancos centrales del mundo, y luego por la guerra Rusia-Ucrania, con mayor impacto en el trigo y el girasol.
“Sin embargo, así como hubo una mejora de los precios internacionales, se dio una baja abrupta del tipo de cambio oficial real, lo que afecta de manera negativa la competitividad cambiaria de la producción agrícola. De hecho, a raíz de este atraso es que fueron necesarias las dos ediciones del Dólar Soja para impulsar las ventas de soja”, explican desde FADA.
En términos de tipo de cambio real, descontando los efectos de la inflación, en el último año el dólar cayó un 7%. Medido a precios de marzo de 2023, el tipo de cambio de marzo de 2022 era el equivalente actual de $222, el de marzo de 2021 era el equivalente actual de $281.
“De acuerdo a lo que se ve desde septiembre, se espera que se frene el atraso del tipo de cambio oficial, aunque el año electoral puede jugar en contra de esta política. Pero también han comenzado a desinflarse los precios internacionales, a medida que menguan los efectos de la guerra en el mercado de granos y los bancos centrales suben las tasas”, concluyen los economistas.
Si desea obtener más información sobre la forma en la que ve como el Estado participa de la renta agrícola, le dejamos el informe completo de FADA:
Índice FADA Mar 23
ES MUY IMPORTANTE TODO LO QUE USTEDES HACEN PARA MEJORAR E IMPORTAR EL FALTALNTE DE LAS SEMILLAS QUE FALTAN.
NO DEJEN DE HACERLO Y MUCHAS GRACIAS .
CON PROFUNDA ADMIRACION Y RESPETO HACIA TODOS USTEDES-
DAVID SARQUIS CHUCAIR
d.chucair@yahoo.com.ar
Comunismo siglo XXI .
Nosotros trabajamos, arriesgamos y los políticos inútiles se quedan con la renta.
¡ hasta cuándo !
Cuando hay ganancias inesperadas se acuerdan de nosotros y ahora que hay pérdidas inesperadas. ¡ No nos bajan ni un punto los DEX ! ¡ nos dan el peor USD posible !