El gobierno nacional redujo los derechos de exportación de 33 a 26% para la soja y del 12 al 9,5% en el maíz, aunque todavía cuesta que esa mejora llegue a los precios que cobran los productores. Como sea, el impacto teórico de esta baja debería mejorar significativamente los resultados económicos del sector de cara a la nueva cosecha de la oleaginosa, donde la rebaja impositiva ha sido mucho más generosa. Pero al parecer, siguen sin aparecer los números positivos.
Un estudio de la Bolsa de Cereales de Córdoba mostró este jueves que -observando el impacto de la baja de retenciones en los precios a cosecha tanto de soja como maíz- los márgenes agrícolas promedio de la oleaginosa siguen en terreno negativo en campos alquilados, que son la mayoría de la provincia, y también en el país. Cerca del 70% de la agricultura se hace en campos bajo arrendamiento.
“En Córdoba, el maíz continúa arrojando un mejor resultado económico que la soja, principalmente por los precios esperados a cosecha, los cuales harían que el cereal exhiba el mejor precio relativo respecto a la oleaginosa de los últimos diez años”, indica el informe de los economistas de la bolsa cordobesa. En realidad, cuando uno bucea en la planilla de márgenes agrícolas, descubre que mientras una hectárea de maíz temprano puede dejar un resultado económico de 176 dólares a favor, y una de maíz tardío de 86 dólares, en el caso de la soja el productor perdería 6,3 dólares por hectárea.
Y eso a pesar de la baja de siete puntos en las retenciones, que además se anuncia de modo temporal, solo hasta el 30 de junio.
La Bolsa de Cereales de Córdoba aclaró que estos cálculos “se elaboraron en base a aplicaciones y un paquete tecnológico promedio a nivel provincial. Se utilizan los precios esperados a cosecha y, en cuanto a los rendimientos, se considera un promedio de las últimas campañas para cada uno de los cultivos”.
Así, en el escenario pos baja de retenciones, en este ejercicio se obtendrían 31 quintales de soja por hectárea, que vendidos a un precio mejorado de 293 dólares por toneladas ofrecerían un ingreso bruto de 912 dólares por hectárea. Pero luego, el productor debe descontar gastos directos (de producción) por 356 dólares y gastos comerciales (flete y otros) por 169 dólares, por lo que el margen bruto se reduciría a solo 387 dólares por hectárea. Esto equivale a un rendimiento de indiferencia de casi 18 quintales para cubrir los costos mínimos.
Pero a esa suma todavía deben descontarle más gastos, en especial 368 dólares de costos indirectos que incluyen el arrendamiento del campo. Así el resultado operativo se reduce a solo 18 dólares por hectárea antes de impuestos (otros 10 dólares), y el margen neto queda en solo 8 dólares. Y si se le descuentan los intereses sobre el capital invertido, el resultado económico queda finalmente en terreno negativo, con más de 6 dólares de pérdida por hectárea sembrada con soja.
Para los que se ilusionaban que este era el primer paso para una baja permanente.
Chau este año seguimos a modo Kirchnerista https://t.co/TmySFRlZpe— Ariel Bianchi (@ariel_abianchi) February 6, 2025
Sobre la inversión inicial del productor que decidió sembrar ese campo, y que fue de 644 dólares por hectárea, la rentabilidad promedio de la actividad sería de -1%. Mientras, siempre en Córdoba, los retornos del maíz de primera serían de casi 23% sobre la inversión, y en los maíces tardíos del 11%.
Esto muestra el alto peso que siguen teniendo las retenciones sobre el cultivo de soja, que ahora y por unos pocos meses tributaría el 26%, es decir que 1 de cada cuatro camiones cosechados se irían directamente a manos del Estado.
En este plantilla de márgenes no está contemplado el impacto de las retenciones por hectárea de soja, pero el estado todavía se está quedando con cerca de 100 dólares por toneladas de soja, es decir más de 300 dólares por hectárea.
“La rentabilidad de la soja seguiría levemente en terreno negativo. Es importante recordar que en las últimas semanas se modificaron los derechos de exportación de distintos productos agrícolas, donde el cereal paso de tributar 12% al 9,5%, y la soja del 33% al 26%. En este contexto, los precios a cosecha de ambos cultivos experimentaron subas. La soja aumentó 13 dólares, lo cual representa un 4,6% y el maíz 8 dólares, un 4,3%”, describe el informe de la Bolsa de Córdoba.