A las pocas horas de que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires corrigiera sus estimaciones de soja proyectando dos escenarios posibles (que van de 35,5 millones de toneladas a 41 millones), el equipo de estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) emitió su propio cálculo, que ubica la próxima cosecha de la oleaginosa en solo 37 millones de toneladas. Todo por el impacto de la sequía.
Como se ve claramente en el cuadro adjunto, habría que remontarse a la campaña 2017/18 para encontrar un registro peor que el actual. De todos modos, faltan largos meses para poder confirmar este escenario. Las cosas podrían empeorar.
“Argentina sufre un gravísimo escenario: ya se estima una caída del 25% en la producción respecto a los 49 millones de toneladas que se esperaban con un escenario climático normal en diciembre. Ya se dan por perdidas 12 millones de toneladas de la oleaginosa y se estima que -con 37 millones- será la tercera peor cosecha argentina de los últimos 15 años”, indicó el último informe de GEA (Guía estratégica del Agro).
La situación parece dramática si se compara este pronóstico con el que había al inicio de la campaña. Pero en comparación con los resultados de la cosecha 2021/22, cuando se recolectaron poco más de 41 millones de toneladas, la pérdida todavía no luce tan grande. “Habrá casi un 13% menos de cosecha que hace un año atrás, una cosecha también afectada por la falta de agua”, reconoció la BCR.
A este flaco cálculo de producción se llega porque el equipo profesional de esta bolsa estima un rinde nacional de casi 24 quintales por hectárea y a un área que se redujo en casi 1,1 millones de hectáreas.
¿Hay chances de revertirlo? Por el lado de la superficie sembrada ya no. “Se esperaban sembrar hasta hace un mes 17,1 millones de hectáreas con la oleaginosa. Hoy se da por terminada la siembra con un ajuste que lleva la siembra nacional a 16 millones”.
De la intención original de siembra se tuvo que descontar 360.000 hectáreas en Santa Fe, la provincia más afectada por la falta de agua, otras 300 mil en Buenos Aires; 220.000 en Entre Ríos y 205.000 en Córdoba, 205.000. Esto da el millón de hectáreas de menos.
“Es la primera vez en 15 años que se descuenta semejante nivel de hectareaje. Ni siquiera en el ciclo 2008/09, ciclo que hasta ahora había sido el ejemplo del peor escenario hídrico, había sucedido algo semejante. Con siembras en seco, forzando la implantación en busca de humedad en la profundidad del suelo y esperando los chaparrones para seguir como sea con las labores, gran parte del área se ha sembrado entre 15 y 45 días después de las fechas óptimas del cultivo. El ciclo 2022/23 ha tenido las peores condiciones de siembra de los últimos 15 años en Argentina”, indicó el informe GEA.