La sequía política se muestra capaz de competir con los daños provocados por la sequía climática, aunque en este caso no es la falta de lluvias la que afecta al productor sino la falta de trabajo. A la hora de laburar a los legisladores nacionales no se les cae ni una gota de sudor.
“Han pasado casi cinco meses del inicio formal de la actividad legislativa y el Congreso arroja resultados poco alentadores: menos leyes, menos sesiones y menos actividad en comisión; además, los proyectos agro no lograron alcanzar su meta”, resume un documento de la Fundación Barbechando, formada por productores agropecuarios para seguir la agenda legislativa vinculada con el sector.
Tan pobre fue el trabajo legislativo que en la propia Fundación deben estar pensando si tiene sentido seguirlo…
En materia agropecuaria, según este balance, “la mitad de año pasó casi sin pena ni gloria”, pues solo se logró una media sanción a un proyecto de ley de promoción de orgánicos. Mientras tanto, “hay una centena de proyectos, algunos de menor o mayor impacto, que esperan su tratamiento”. Tiene que ver con riego, seguros, buenas prácticas, semillas. “Ni siquiera llegaron a plantearse en la agenda”, se preocupó Barbechando.
Para la Fundación hay factores claves para entender esta situación de sequía legislativa. Uno de ellos es que estamos en año electoral, lo que “se traduce en baja actividad legislativa: hoy el Congreso tiene un cuarto de sus legisladores compitiendo para algún cargo electoral, lo que implica que la campaña termina por limitar, y, algunas semanas, anular la actividad legislativa”. Además, cuando existió alguna ventana de oportunidad de avanzar con sesiones, siempre terminaron quedando truncas porque “ni oficialismo ni oposición quisieron ceder un gramo de poder y debatir proyectos”.
Así las cosas, el balance del primer semestre de 2023 es peor que el que dejó la sequía real en la producción agrícola.
- Hubo la mitad de leyes sancionadas que igual periodo del 2022. En el 2023, el Congreso convirtió en ley 20 iniciativas, cuando en el 2022 ese registro alcanzó las 39 leyes. Además restan convertirse en ley otras 18 que sólo obtuvieron media sanción.
- Menos del 1% de los proyectos presentados se convirtieron en ley: es decir, de los más de 2000 proyectos presentados, sólo 20 fueron sancionados.
- Un 40% menos de sesiones que igual periodo del 2022. Durante el 2023, Diputados sesionó 4 veces y el Senado sólo 2; contra las 10 sesiones que se registraron en ambas Cámaras en 2022.
- Informe Jefe de Gabinete de Ministros: comparado a la baja performance del jefe de ministros anterior, este año, Agustín Rossi, asistió 3 veces al Congreso de la Nación, de las 5 que debería haberlo hecho, según mandato constitucional.
- La mayoría de las leyes sancionadas estuvieron vinculadas a temas específicos de salud como ser: acompañamiento terapéutico, enfermería, pubertad precoz, acompañamiento a personas con síndrome de down, cardiopatías congénitas; pero quedaron pendientes temas urgentes que demanda la sociedad como una nueva ley de alquileres
- La performance en comisiones deja un balance muy poco deseable: algunas comisiones estuvieron activas, pero con pocos resultados -sólo 51 proyectos dictaminados-. Pero lo más llamativo es que, en Diputados, hubo más de un cuarto de las comisiones que ni siquiera se reunieron. En Senado, fueron más de la mitad: es decir, el 60% de las comisiones no tuvieron, siquiera, su reunión de confirmación de autoridades.
¿Y qué depara el resto del 2023? Barbecheando contesta que “la campaña va a seguir limitando la actividad. Se estima que puede llegar a haber alguna sesión entre las PASO y las elecciones generales, con temas de mediano consenso, pero sin impacto económico y social”.