En la Argentina, el maíz tardío se consolidó en la última década como la columna vertebral del sistema productivo, por su flexibilidad, su capacidad de aprovechar lluvias estivales y el manejo agronómico ya consolidado. Sin embargo, la campaña 2025/26 presenta un escenario distinto. Al menos eso avizoran los expertos.
“La fuerte recarga hídrica de perfiles, inusual para esta época, abre una ventana estratégica para diversificar y ampliar la siembra temprana respecto de campañas previas”, indicó la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar) en un informe técnico.
Según la entidad, el maíz temprano ofrece este año una competitividad inusual. “Con perfiles de suelo excepcionalmente recargados, un escenario climático neutro como el más probable y un contexto económico que le da un protagonismo favorable al cultivo, esta campaña no es una más”, remarcó.
Los datos técnicos respaldan esta afirmación, y hay aspectos técnicos y económicos. “Empezar la campaña con el perfil cargado equivale a asegurar entre 1.000 y 1.200 kilos por hectárea adicionales y con menos sobresaltos”, explicó Maizar.
Simulaciones realizadas en Villa María, Río Cuarto y Oncativo muestran rindes de 8 a 12 quintales más por hectárea con perfiles al 100% de capacidad de almacenaje respecto de los que arrancan al 25%. “No solo hay un techo productivo más alto, sino también un piso más seguro, reduciendo el riesgo de quedar por debajo del umbral de rentabilidad”, subrayó la cadena.
La ventaja también se refleja en los números económicos. “En la zona núcleo, el margen neto de maíz alcanza los 264,4 dólares por hectárea, casi tres veces más que el de soja, que apenas llega a 89,3”, detalló Maizar. En el norte de Córdoba, la diferencia es aún mayor: 165,6 dólares por hectárea contra solo 15,8 en soja. Incluso en regiones más desafiantes, como el centro de Buenos Aires, el maíz mantiene ventaja (78,5 contra 72,3 dólares por hectárea).
A esto se suma la posibilidad de capturar mejores precios. “Dentro de los distintos planteos de fecha de siembra, las proyecciones de mercado indican una brecha de alrededor de 6 dólares por tonelada a favor del maíz temprano. Además, la ventana de cosecha anticipada ofrece chances de obtener entre un 3% y un 8% más”, remarcaron.
Desde la entidad señalaron que hay tres razones concretas por las que la siembra temprana se vuelve especialmente atractiva en la campaña 2025/26:
“Mayor estabilidad y seguridad productiva”. Arrancar con perfiles cargados asegura, en promedio, techos de rendimiento 1.000 kilos por hectárea más altos y brinda al productor una tranquilidad clave: más rinde, menos riesgo.
“Posibilidad de capturar mejores precios”. Aunque la brecha actual de futuros abril–julio es acotada, la historia demuestra que este diferencial es móvil. El maíz temprano permite estar mejor posicionado ante eventuales mejoras de precios y aprovechar la ventana de cosecha anticipada.
“Más eficiencia agronómica en este contexto”. El maíz temprano implica menos días de cultivo expuesto en el campo, menor presión de plagas y enfermedades y mayor compatibilidad con esquemas de rotación y márgenes frente a otros cultivos de gruesa.
“En síntesis, el maíz tardío conserva su papel como columna vertebral de la producción, pero la campaña 2025/26 presenta una oportunidad única para el maíz temprano. Es una alternativa estratégica que ningún productor debería pasar por alto”, concluyó Maizar.