Llegó gacetilla de Vasalli Fabril, la histórica fábrica de cosechadoras argentinas que entró a pedalear hace dos años y estuvo varias veces a punto del cierre definitivo. El informe es un canto a la esperanza. Recuerda que la empresa se reactivó en enero pasado gracias a la inyección de capital de un grupo nacional, que ya regularizó la situación de los 300 trabajadores y que ya se encuentra produciendo sus maquinarias. Más todavía, dice que proyecta superar los 30 millones de dólares anuales de facturación que lograba durante la década pasada.
Vassalli Fabril, la única empresa nacional de cosechadoras que se mantiene en pie, está ubicada en la ciudad de Firmat, en el sur de Santa Fe. Luego de una larga crisis, la novedad es que comenzó “la producción en serie de las cosechadoras axiales V760 y V770, categoría 6 y 7, respectivamente, y proyecta continuar fabricando las exitosas cosechadoras convencionales V1150 y RV150 y el modelo híbrido (axial y convencional) DR550, categoría 5, y asegurar el abastecimiento de repuestos y el soporte técnico a sus clientes”.
La firma anunció que también piensa recuperar la presencia que tenía en aquellos mercados internacionales, como Europa, América y África, donde también se vendieron patentes.
“Con estas acciones la empresa proyecta reposicionar a la marca Vassalli, reconocida por el mercado argentino, y también a la marca Don Roque, muy requerida por el contratista y pequeño y mediano productor por sus características de confiabilidad, bajo costo operativo y eficiencia en la cosecha”, se estableció.
En enero, Vassalli Fabril recibió la inyección de capital necesaria para lograr la reactivación de la fábrica y poder así regularizar la situación de los 300 trabajadores. Hubo una inyección de capital a través de Financiamiento Estratégico SA, una firma que administra fondos de inversión interesados en recuperar empresas nacionales en situación de crisis.
Financiamiento Estratégico SA creó un fideicomiso específico para el caso Vassalli y se hizo cargo del management y la conducción de la fábrica de cosechadoras. Actualmente, Juan Manuel Collazo, está a cargo de la dirección de Vassalli Fabril, en su carácter de director delegado del grupo fiduciario, que sumó a Héctor Sendoya (foto), un referente reconocido en el mercado de maquinaria agrícola, como director comercial.
“No podemos pedir al mundo que nos crea si los argentinos no invertimos en nuestro país. En el mundo, el desarrollo va siempre de la mano del capital local. Creemos que la solución de la Argentina pasa por entender que somos nosotros los que tenemos que sacar al país adelante, no podemos pedir que vengan inversores externos si no damos nosotros el primer paso”, dijo Sendoya.
En la gacetilla, el grupo empresario dice que “si bien las políticas económicas pasadas favorecieron la participación de maquinaria importada, la característica diferencial de Vassalli es que, al tener el 80% de sus componentes de origen nacional, los contratistas y usuarios de sus cosechadoras tienen la posibilidad de acceder fácilmente a los repuestos para mantenimiento y reparación, como así también a una red con cobertura nacional de atención al cliente que permite optimizar el tiempo de producción”.
“Hoy en Vassalli pudimos construir un presente y generar un futuro de transformación en innovación productiva, porque 300 personas recuperaron su puesto de trabajo y una fábrica que funciona también le devolvió a unas 350 Pymes de la industria metalmecánica la posibilidad de seguir generando trabajo argentino, lo que significa sumar en la cadena unos 3500 empleos indirectos. Vassalli es la única empresa nacional de cosechadoras que puede fabricar y proveer al mercado de un producto de calidad mundial con más del 80% de contenido nacional”, concluyó Sendoya.