Aún con una pandemia sobre los hombros, los sectores del transporte automotor de cargas y de los contratistas agrícolas nunca dejaron de trabajar. Sin embargo, las crecientes restricciones a las importaciones instrumentadas por el gobierno podrían ser las que finalmente hagan apagar los motores. Y es que la falta de repuestos, pero sobre todo de cubiertas, es de tal magnitud que cualquier máquina o camión que requiera un recambio ingresa en una zona de riesgo.
Si algo nos ha demostrado la historia de este país es que en la adversidad el empresario argentino intentará seguir trabajando a toda costa. Tal es el caso de Juan Rebolini, un productor agropecuario de la zona de General Lamadrid, provincia de Buenos Aires, que, al no conseguir una cubierta para su pulverizadora, optó por pedir una usada en sus redes sociales.
Twitter es Servicio!
Necesito con urgencia una cubierta usada o nueva para pulverizador PLA!
No las dejan importar hace meses.Rodado 320/90R46
Por favor RT@julianimhoff @vientonortesa @BumperCrop1 @marianoluna79 @AleMOnofrio
— Juan Rebolini (@jrebolini) February 23, 2021
“Pregunté en cada rincón del país y no hay. Llamé a la primera gomería que me salió por Google en Uruguay y tenían. Así de abismal es la diferencia que estamos viviendo. Terminamos comprando usadas para salir del paso”, dijo Rebolini a Bichos de Campo.
Ahora bien, ¿a qué se debe esta falta de stock a nivel nacional?
En primer lugar es importante aclarar que en Argentina más del 80% de las cubiertas provienen del exterior, ya que el país no cuenta con la estructura industrial necesaria para suplir la demanda interna. Entre las empresas que producen a nivel local –Fate, Pirelli y Bridgestone- solo cubren menos del 20% de lo demandado en materia de neumáticos agrícolas, industriales (los que por ejemplo usa un montacargas) y viales (aquellos que usan las motoniveladoras).
Si bien en la mayor parte del mundo sobran las divisas luego de la súper emisión realizada el año pasado por parte del principales naciones, en la Argentina son un bien escaso porque son pocos los que se animan a invetir en el país que, recordemos, no tiene acceso al crédito internacional y aún no sabe cómo va a pagar el préstamo de última instancia concedido por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ante esa esa coyuntura, en el último año el gobierno nacional comenzó a implementar diferentes restricciones orientadas a desincentivar importaciones de bienes considerados “no esenciales”.
Hasta el tercer trimestre del 2020, el otorgamiento de licencias para ingresar cubiertas del exterior era automático. Sin embargo, posteriormentese se tornó cada vez más difícil lograr que las autoridades económicas y monetarias liberasen divisas para importar ese bien estratégico para el sector agroindustrial.
“Teniendo en cuenta que las empresas importan al tipo de cambio oficial -dólar comercial-, y el BCRA tiene que autorizar la venta de importaciones a las empresas, al no haber divisas suficientes se genera un cuello de botella que lleva a mayores controles o restricciones”, indicó a Bichos de Campo Emilio Felcman, director del Departamento de Estudios Económicos y Costos de FADEEAC.
La escasez, como es esperable, provocó un aumento considerable del valor interno de las cubiertas con un ajuste del orden del 70% en 2020. Y en lo que va de este año, según FADEEAC, el piso aumento ya está en un 12%. En paralelo, los insumos para fabricar las cubiertas –CVR y caucho natural- al ser commodities registraron aumentos significativos en el último tiempo que rondan el 20%.
Los trámites para solicitar importaciones se complicaron aún más cuando el gobierno comenzó a exigir una proyección anual de importaciones a las empresas distribuidoras de neumáticos.
“Evidentemente desconocen las mínimas prácticas de economía, porque en un país que tiene una inflación tan elevada, que registra una pérdida de mercado interno desde 2018 hasta la fecha, hacer una predicción en ese marco es prácticamente imposible”, aseguró a este medio Rubén García, presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA).
García agregó que no sería extraño pensar en que la Organización Mundial del Comercio (OMC) le aplique a la Argentina una sanción por incumplir la normativa común a todos los países miembro: liberar los pedidos de licencia en menos de 60 días.
¿Y en qué situación se encuentran los empresarios? Edgardo Guerrini, propietario de la empresa mendocina Guerrini Neumáticos SA, confesó a Bichos de Campo que no recibe una licencia aprobada desde agosto de 2020 y que optó por acudir a la Justicia para tener un mínimo stock de mercadería.
“Como hay una demanda sostenida nuestro inventario es inexistente. Hemos omitido hacer la proyección anual porque es una pérdida de tiempo. No hay ninguna luz en el camino que indique que el gobierno va a tomar una medida diferente al respecto”, dijo.
Por su parte, Gonzalo Vila, presidente de Geveco S.A neumáticos Dunlop en Argentina, afirmó que el intento de proteger a la industria nacional terminó por generar un escenario de falta de competencia y, por consiguiente, un espiral de escasez, suba de precios y baja de calidad.
“No hay una racionalidad en la decisión. Nadie no puede estar de acuerdo en defender la industria nacional, pero no debería defenderse arruinando o quebrando a la competencia. La industria nacional debería verse favorecida con subsidios, ventajas fiscales, créditos blandos y otros beneficios que no se le da al producto importado. Las importaciones sin ningún tipo de control son nocivas al igual que el control absoluto”, dijo.
Muchos empresarios agrícolas y contratistas están entrando en un estado de pánico porque se viene encima la cosecha de soja y, en caso de requerir una cubierta, saben que las posibilidades de conseguirlas son muy bajas, lo que implica tener que detener la recolección del cultivo que representa la principal fuente de ingresos del año (además del mayor aporte de divisas que tiene la economía argentina).
Ya en 2020 la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (FACMA) había enviado una carta al secretario de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa, Ariel Schale, para alertar sobre este panorama. Pero no obtuvieron respuesta. Hoy la situación es crítica.
“En la cosecha fina ya hubo maquinas demoradas por no conseguir cubiertas. Muchos ya están cosechando maíz y en veinte días se comienza a cosechar la soja. Hay maquinarias que no se pueden terminar de armar por faltante de insumos y autopartes. Peligramos quedar varados en el campo a principios de la cosecha”, resaltó Jorge Scoppa a Bichos de Campo.
Desde el barrio porteño de Mataderos, el dueño de la empresa importadora Lumaga Neumáticos SRL, Gabriel Scarsi, dijo con pesar que “máquina que ande danto vueltas y se le rompa una cubierta es máquina que va a quedar parada”.
“Se cree que somos los importadores los que hacemos subir los precios y hacemos desabastecer el mercado y no es así. Esto no es un problema a nivel empresa, sino a nivel país”, afirmó el empresario, que desde hace ocho meses no recibe una licencia aprobada y actualmente intenta sostener su negocio con las cámaras para neumáticos.
“En el negocio de neumáticos, la importación es inherente al negocio. No es un tema de voluntad o inversión, sino de estructura industrial y de integración internacional. Si fuera tan fácil pongamos mañana una fábrica de neumáticos y llenémonos de plata”, remarcó Gonzalo Vila, presidente de Geveco S.A.