El drama actual que viven los productores del norte de Santa Fe a raíz de las inundaciones causadas por las fuertes lluvias (de más de 600 milímetros en menos de un mes), parece una noticia repetida. Pero sucede que las catástrofes se repiten una y otra vez. Los Estados, frente a esta repetición, parecen enormes estructuras sin reacción y mucho menos anticipación.
“La provincia nos ofrece un Certificado de Emergencia que, sinceramente, no sirve para nada, porque te libra de impuestos dándote oxígeno administrativo. Pero el plato de comida de tus hijos no te lo paga un certificado de emergencia cuando no produjiste nada, porque no pudiste”, se quejó en Bichos de Campo, Paula Forlano, productora agropecuaria del departamento 9 de Julio, en el noroeste de Santa Fe.
“Queremos que vuelva al pueblo el dinero que salió del pueblo. Estamos hablando de localidades que aportan al Estado miles y miles de pesos en impuestos y retenciones, y no tenemos una sola obra hidráulica ejecutada que nos ayude a prevenir estas catástrofes. No negamos el factor climático del agua, del cual también tiene responsabilidad el hombre, pero tampoco hubo control de los desmontes y un Estado presente frenando estas situaciones”, remarcó Forlano.
La productora agregó que “hace años que reclamamos un plan estratégico integral de la provincia para el manejo del agua. Llegamos a 2019, y con los avances que hay en la tecnología e incluso el apoyo de otros países, pero no tenemos nada”.
Aquí la entrevista completa a Paula Forlano:
“Se hablan de 300.000 hectáreas afectadas de las cuales unas 100.000 son productivas. Las localidades más comprometidas son El Nochero, Gregoria Pérez de Denis, Santa Margarita, la zona rural de San Bernardo y Villa Minetti”, dijo la productora, también miembro de la comisión de mujeres de la Sociedad Rural de Tostado.
Forlano comentó que “aún no se puede cuantificar el daño en la hacienda. Se intenta llevar a los animales a tierra firme. Los pequeños productores son los más damnificados. Pensemos que esta zona, pese a tener grandes extensiones de producción, está poblada en la general por productores familiares que viven con lo justo. Una catástrofe como esta les llevará tiempo para salir adelante”, advirtió.