El “dólar agro” viene (y vendrá) con muchas sorpresas porque la cantidad de sectores interesados en aplicar al mismo es por demás extensa.
Se trata del nuevo régimen para “economías regionales” denominado “dólar agro”, el cual contempla la posibilidad de acceder a un tipo de cambio preferencial de 300 $/u$s para distintos productos agrícolas específicos de determinadas regiones, como es el caso del arroz, el maní, las aceitunas o las uvas.
Sin embargo, el “dólar agro”, que estaría vigente hasta el próximo 31 de agosto, también contempla otros sectores interesados, como es el caso del aceite de girasol.
Así lo adelantó este miércoles Gustavo Idígoras, presidente de Ciara-CEC, durante el evento en el cual el ministro Sergio Massa oficializó el lanzamiento tanto del “dólar agro” como de la tercera edición del “dólar soja”.
La condición para poder participar en el programa “dólar agro” es que las empresas se encuentren ya o acepten participar del programa oficial “Precios Justos”, el cual exige vender ciertos productos básicos a precios mayoristas máximos estipulados por la Secretaría de Comercio comandada por Matías Tombolini.
Esa condición ya está siendo cumplidas por todas las empresas aceiteras que comercializan aceite de girasol en el mercado interno, las cuales participan del programa “Precios Justos” en el marco del denominado “fideicomiso aceitero”.
La iniciativa, en caso de ser aprobada por Tombolini, permitiría contar con un estímulo orientado a incentivar las ventas de girasol, las cuales vienen bastante atrasadas a la fecha.
El último dato oficial, correspondiente al pasado 29 de marzo, muestra que las ventas de girasol 2022/23 suman apenas 1,53 millones de toneladas, de las cuales 450.200 no tienen precio hecho (son “a fijar”).
Este miércoles la Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que ya se recolectó el 83,5% del área girasolera argentina para levantar 3,27 millones de toneladas sobre una cifra final estimada en 3,90 millones.
La mayor parte de los productores consideran que los valores ofrecidos actualmente por las industrias aceiteras –340 a 375 u$s/tonelada dependiendo del lugar de entrega– son insuficientes. La posibilidad de acceder al “dólar agro” permitiría a las fábricas mejorar de manera notable su capacidad de pago y así acelerar la originación de mercadería.
Como el precio del girasol comprado en el marco del “dólar agro” incrementaría, obviamente, los costos de producción de la elaboración del aceite de girasol destinado al mercado interno, eso tendría que ser compensado por medio del “fideicomiso aceitero”, algo que deberá autorizar Tombolini.
Los mejores rendimientos del cultivo logrados hasta el momento se obtuvieron en las regiones norte de La Pampa y centro y oeste de la provincia de Buenos Aires.